Política

Dos gobiernos chinos de risa: negociados de vacunas, electricidad y textil

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Martín Vizcarra, presidente Francisco Sagasti y presidente chino Xi Jinping

El escándalo Vacunagate sin duda va a perdurar por mucho tiempo, por más que el gobierno a través del informe de la Comisión Carbone se empeñe en ocultar al resto de involucrados que por el momento no están identificados.

En esa línea, la Comisión Investigadora liderada por Fernando Carbone, exministro y amigo de Pilar Mazzetti tampoco se dio el menester de indagar en la embajada de China, cuál es la posición del gobierno asiático como parte de los acuerdos comerciales.

¿Tanta hegemonía ha logrado el gobierno chino en nuestro país? Preguntémosle al canciller Allan Wagner ¿por qué se empecina en cuidar el vínculo con el gobierno de Xi Jinping? Él considera que ese vínculo es “indispensable” porque ellos son un importante proveedor de vacunas contra el Covid-19 y además espera que el escándalo de las vacunaciones a escondidas, no afecte las próximas entregas de fármacos de Sinopharm, para que la relación con China se mantenga en “un clima de confianza”. ¿Acaso Sinopharm es el único laboratorio en el mundo?

Martín Vizcarra y el presidente chino Xi Jinping.

Ahora entendemos cómo se manejó ese contubernio entre ambas Cancillerías, la peruana y la china; es decir, hubo una especie de soborno para asegurar, por una parte, la millonaria venta de vacunas Sinopharm, y, por otro lado, desde los operadores peruanos, para acceder a una remesa adicional que sirvió para inmunizar a decenas de diplomáticos, tanto chinos como peruanos, así como a importantes empresarios chinos que están afincados en nuestro país.

Por cierto, esas inmunizaciones se llevaron a cabo gracias a las 1,200 dosis que la Cancillería peruana le entregó a la embajada de la República Popular China en Perú; en suma, todo un negociazo en el rubro de la salud.

Y eso sin mencionar, los regalos que Sinopharm obsequió tanto, al Ministerio de Salud, como a la Universidad Cayetano Heredia. Según el informe de Hildebrandt en sus trece, el avión que el 02 de setiembre procedió de Pekín, además de traer las 3,200 dosis de vacunas “extras”, también trajo una sigilosa carga que contenía básicamente, material médico; entre ellos, 4 equipos de oxigenación de alto flujo, miles de pruebas moleculares y 2 ventiladores mecánicos.

Foto: Hildebrand en sus trece.

Asimismo, llegaron toneladas de souvenirs por fina cortesía del presidente chino Xi Jinping. Entre la carga aérea adicional, los representantes de Sinopharm trajeron 15 mil mascarillas, 5 mil pares de guantes, 4 oxigenadores, miles de protectores para zapatos, ropa de bioseguridad, un centenar de termómetros infrarrojos, 80 oxímetros, 2 ventiladores y más de 7 mil pruebas moleculares.

Fuente: Hildebrandt en sus trece.

Toda esa donación llegó a suelo peruano sin registro sanitario; sin embargo, Digemid, que en otras ocasiones se tarda una eternidad, esa vez tuvo una labor diligente y emitió una autorización exprés. Aquellos “presentes” se los repartieron entre la universidad Cayetano Heredia y el Ministerio de Salud.

Finalmente, fueron 240 bultos y 7 toneladas de carga, no obstante, a los medios solo se les dijo que eran las dosis del experimento.  

Pero el gobierno chino también goza de otros grandes negociazos como el del sector eléctrico. Recordemos las operaciones de venta en pleno gobierno de Martín Vizcarra, cuando la mega Three Gorges le compró nada menos que a Odebrecht, la Central Hidroeléctrica de Chaglla por US$ 1,390 millones de dólares (según la RM Nº 0516-18-JUS del 4/12/18), pero además adquirieron la empresa Luz del Sur.

En suma, ellos pretenden establecer un monopolio eléctrico, incluso con una ayudita del propio Ministerio de Energía y Minas y con un Osinergmin que es ciego sordo y mudo. No obstante, Three Gorges (China Yangtze Power Internacional-CYPI), construyó la Central Hidroeléctrica San Gabán III (205.8 MW), en Carabaya (Puno), también durante el régimen de Vizcarra y además consiguió la concesión de las Centrales Hidroeléctricas de Lluclla (288MW) y de Lluta (156 MW), ubicadas en Caylloma, Arequipa; ambas a nombre Inland Energy (subsidiaria de Luz del Sur).

Asimismo, el gran negocio de la ropa china en Perú, data de hace tiempo; sin embargo, desde el mandato de Martín Vizcarra los chinos encontraron en Perú prácticamente una feria nacional para exportar toda su producción textil.

Justamente, en esta coyuntura de confinamiento, hay un fuerte conflicto comercial en el emporio de Gamarra, porque el gobierno de Francisco Sagasti, además de haberles limitado el aforo de clientes a un 20%, tampoco ha emprendido una regulación de las prendas textiles que llegan de China y Bangladesh. No obstante, las tiendas por departamentos, durante todo el confinamiento, pudieron recibir de manera presenciaL, a los usuarios para que adquirieran prendas de vestir, en su mayoría procedentes de China. 

Muchos empresarios de Gamarra han quebrado por la cuarentena.

Finalmente, China se ha convertido en el socio comercial más importante de nuestro país, si tomamos en cuenta que, sus inversiones en suelo patrio superan los US$ 30 mil millones de dólares, repartidos en 170 empresas. Un poder económico que hoy se encuentra en el ojo de la tormenta no solo por el escándalo de Vacunate; sino, por el monopolio eléctrico que sus empresas pretenden establecer.

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