Sobre la crisis política en Ucrania se han producido dos importantes documentales. El primero de ellos, Invierno sobre Fuego: La lucha de Ucrania por la Libertad, estrenado hace dos años, es una producción de Netflix que incluso fue nominada al premio Óscar.
Se trata de una clara propaganda política imperialista a favor del Maidán fascista. Lo que destaca en primer lugar, es la forma en que se omite por completo toda la historia de Ucrania, reduciendo el conflicto al choque de ideas políticas contrarias. Lo interesante de este material, sin embargo, es que ofrece imágenes vívidas de los hechos del Maidán, que si son bien interpretadas no hacen más que verificar el análisis marxista.
El documental muestra como las primeras movilizaciones fueron netamente estudiantiles y solo semanas y meses después fueron convocando otras franjas de la pequeña-burguesía pero jamás a la clase obrera y sus organizaciones. Nosotros ya hemos denunciado en nuestro folleto sobre Ucrania publicado el 2014, como los pocos sindicatos que acudieron al Maidán fueron brutalmente atacados por las milicias fascistas que encabezaron el derrocamiento del gobierno bonapartista de Yanukovich.
Otro hecho que destaca reiteradamente el documental, es el apoyo que recibe el Maidán de los sectores más reaccionarios de Ucrania. Militares “retirados” justifican la formación de las milicias diciendo que son “el ejército del pueblo…[que vinimos] a entrenar”. El mismo obispo de la iglesia ortodoxa declara su ferviente apoyo al levantamiento ofreciendo incluso su monasterio como refugio de las primeras movilizaciones.
Más demostrativo aún del carácter de clase del Maidán es el hecho de que “un banquero y uno de los abogados más influyentes de Lviv [provincia occidental de tradición fascista] vinieron a la calle Hrushevskogo a tirar piedras a la policía”. Muchas veces la izquierda pro-Maidán ha tratado de desconocer o subestimar los combates en esta famosa calle de Kiev próxima al parlamento ucraniano. Fue allí justamente donde claramente Svoboda y Sector de Derecha encabezaron los combates más duros de todo el Maidán.
Sin embargo, el propio documental, por obvias razones, trata de ocultar de forma cínica la participación indiscutible de estas organizaciones abiertamente fascistas. Pero los hechos son los hechos, no se puede tapar el sol con un dedo. En la primera toma nada más aparece un joven combatiente con una camiseta de Stepán Bandera, líder histórico del fascismo ucraniano. Y a lo largo de todo el video se puede escuchar la consigna fascista “Gloria a Ucrania, Gloria a los héroes, muerte a los enemigos”. Ya en la parte final, el discurso del dirigente miliciano amenazando con tomar por asalto el parlamento si Yanukovich no renuncia es la prueba definitiva del carácter insurreccional del primer levantamiento fascista del siglo XXI en Europa.
El otro documental sobre Ucrania, es una suerte de respuesta al anterior desde el punto de vista del campo burgués prorruso. Ucrania sobre Fuego, es el nombre de este trabajo fílmico donde el conocido director norteamericano Oliver Stone aparece como productor y entrevistador. Estrenado a mediados del 2016, no ha contado con la misma difusión que Inverno sobre Fuego, con excepción de los medios rusos, como era de esperarse. Si bien se presentan importantes hechos históricos y actuales que trazan el contexto de la insurrección fascista del Maidán, la interpretación de los mismos no deja de ser superficial, simplista y sesgada. La historia de la URSS, y de Ucrania como parte de la misma, solo se menciona de pasada para luego evitar juzgar la restauración criminal del capitalismo que fue responsable del hundimiento brutal de las condiciones de vida del pueblo ucraniano.
Se omite también las luchas de la década de los 90’s y se critica la revolución proletaria del 2004 simplemente por estar bajo la influencia proeuropea. El documental no critica en absoluto al gobierno Yanukovich, tras las elecciones del 2010, ni el rol reaccionario de la Rusia burguesa de Putin. Por el contrario, Stone entrevista ambos personajes sin hacer ninguna clase de pregunta crítica. El documental se presenta, entonces, como mera propaganda política de la burguesía rusa y rusófila de Ucrania.
La simplificación de la insurrección fascista del Maidán, que ya se ha denunciado sobre todo en su versión estalinista, se expresa en el documental de forma clara, al definir este levantamiento en función exclusivamente del carácter de su dirección. Por esta razón, no se hace un análisis de clase de los sujetos que apoyan y combaten al Maidán. Simplemente se señala que los que encabezaron el mismo fueron “neonazis” que anclan sus tradiciones políticas en organizaciones reaccionarias como la OUN de Stepán Bandera; a esto se limita su repaso histórico. Debido a esto, se niega el origen relativamente espontáneo y “pacífico” del Maidán que solo progresivamente fue deviniendo en insurrección fascista.
Esto se debe a la incomprensión del carácter “popular” de todo levantamiento fascista, que atrae no solo a mercenarios, sino a masas enteras de pequeños burgueses quebrados y desesperados. Como bien decía Trotsky, el fascismo, a diferencia de la bandas de sicarios de la burguesía, necesita explotar las tradiciones y banderas políticas de la clase media para poder movilizarla en función de sus objetivos. El Maidán no se trató entonces simplemente de un “golpe de estado orquestado por la CIA” como sugiere el documental.
Mucho menos se puede comparar esto con la revolución árabe en Siria y Libia, donde no hubo ni golpes ni fascismo, sino una revolución proletaria y socialista internacional, a pesar de sus direcciones reaccionarias. El Maidán fue una insurrección fascista casi clásica, sostenida por el imperialismo pero bajo un contexto social y político particular que el documental en absoluto muestra. No se trató de estudiantes “engañados” por el discurso proeuropeo, sino de millones de ucranianos hundidos por el fracaso absoluto de la restauración capitalista. De esto jamás hablarán ni Hollywood ni Stone, porque ambos sostienen, finalmente, sus ingresos y su existencia en las ganancias capitalistas condenadas por la Historia.