Opinión

Dos décadas sin el humor de Sofocleto

Recordando al periodista, escritor y caricaturista más leído del siglo pasado.

Published

on

Luis Felipe Angell de Lama, bajo el seudónimo de Sofocleto (Paita, 12 de abril de 1926-Lima, 18 de marzo de 2004) le dio al periodismo lo que actualmente los egresados de las facultades de comunicaciones no aprenden —esa pluma insolente, poética y humorística—. La ironía de los artículos de Sofocleto, nos reveló que el peruano promedio es más pacato que el cura de la esquina.

Aquella extirpe de citadinos que se autodenominaban “criollos”, no eran más que una tira de cojudos que se ufanaban de ser los mas pendejos. Su publicación “Los cojudos”, es un acertado libro que define con agudeza al cholo cojudo de profesión, mucho antes de que surgieran los actuales cojudignos.

El periodismo nació en la calle ¿qué facultad ni qué ocho cuartos? y cómo no, si aprendió a leer a los tres años y cuando ingresó casi adolescente a la redacción del otrora decano, tuvo que ir a comer anticuchos con los faites del Rímac enfrente de la plaza de Acho, o a comisionar con la tombería la “cosida” de un nuevo “frío” en el Llauca. Incluso, recogió la cabeza de una mujer decapitada para entregársela a los peritos forenses. El joven Sofo era una especie de Carl Kolchak que resolvía el misterio de los sucesos más insólitos que luego plasmaba en sus textos. —Qué tal mano para llegar a escribir hasta ocho crónicas diarias—.

“Yo he vivido muy intensamente el periodismo de muchacho, de modo que a los 17 años yo tenía una experiencia descomunal en la vida”.

Eso sin contar, las incursiones a los legendarios burdeles de Lima. Sofocleto y Jorge Veguita, pisaron Huatica, el corralón de México y otro chonguito de Breña, antes de que Novella inaugure el Trocadero. De ahí el “cayetano” y la “canchería” adquirida, no por haber buscado sexo, sino, por las interesantes conversas con las damas del relajo y las partidas nocturnas del “golpeado” que jugaba con la “gente” del cerro El Pino.

Sofocleto decía que “el humor es una de las cuatro patas de la sociedad” y con ese oficio escribió más de 12 mil sonetos, 2.538 décimas y 50 mil sinlogismos. Él falleció en Lima, un día como hoy, hace 20 años, el 18 de marzo de 2004.

(Columna publicada en Diario UNO)

Comentarios
Click to comment

Trending

Exit mobile version