“Juego mi vida, cambio mi vida,
de todos modos
la llevo perdida…”
León de Greiff- Relato de Sergio Stepansky
Escribe Iván Budinich C.
Analista político
Si alguna suerte es espeluznante en el corto, mediano y largo plazo de nuestros políticos contemporáneos, esa es sin duda alguna la de la presidente en funciones Dina Boluarte. Condenada desde el principio de su mandato a ser judicializada hasta el fin de sus días por todos los adversarios que ha ido acumulando desde el mismo día del inicio de su gestión presidencial.
La presidente Boluarte ha tenido que hacer frente a una masa alebrestada por un discurso de odio sembrado insistentemente durante meses por el expresidente Castillo y sus secuaces de la extremo izquierda provinciana. Como diría Salvador Hardin en el libro Fundación, mítica obra del genial Isaac Asimov “la violencia es el útimo recurso del incompetente” y Castillo es una muestra patente de aquello, siendo incapaz de gestionar dedicó su tiempo y esfuerzo a sembrar las semillas del caos que ha devenido tras su fallido golpe y posterior encarcelamiento.
Incompetente Boluarte para frenar en seco el terror e imponer el principio de autoridad, sus devaneos lograron un alto número de muertos y heridos entre los manifestantes y como no, también entre las fuerzas del orden que cayeron estos últimos casi desarmados en el cumplimiento de su deber.
Y aquí está el detalle, sus ex aliados de las diferentes izquierdas que no le van a perdonar a la presidente el no convocar de inmediato a la cacareada Asamblea Constituyente o ahondar más la crisis, la van a perseguir por los siglos de los siglos o al menos mientras viva con el fantasma del acoso judicial por los manifestantes caídos sin importar la particular condición de cada caso.
La presidente Boluarte no está en las mismas condiciones que el expresidente Merino o el ex Prmer ministro Antero Flores, no dispone de los recursos, las organizaciones o una trayectoria que le avale en lo que será su seguro calvario en manos de ongs nacionales e internacionales que le ven como una traidora a las banderas de la izquierda continental.
Así las cosas, el peso de las circunstancias obliga a la presidente a buscar aliados a convertirse en una moderna versión femenina de San Pablo y adorar lo que ha quemado y quemar lo que ha adorado, entonces tendrá que pactar con el centro y la derecha que son las únicas fuerzas que la pueden apoyar en lo que será su oscuro futuro.
Entonces si nuestra primera mandataria quiere evadir un oscuro futuro que casi con seguridad le acecha y escapar no de la persecución, pero sí de la cárcel debe convertirse en un símbolo de autoridad, una tarea que se le escapa de las manos hasta el momento. Pero solo de esa manera tendrá algo que ofrecer, otro tipo son solo producto del momento, la mandataria tiene si quiere salvarse al menos de la prisión, ya que no de la persecución judicial que le aguarda, es escudarse como símbolo del principio de autoridad, sentar un precedente necesario para los siguientes gobiernos que sin duda navegaran en aguas nada mansas ¿Podrá Boluarte tejer nuevas alianzas? ¿Tendrá alguna voluntad de ejercer el principio de autoridad?
