Opinión

Dina Boluarte, tras quedarse con las maletas hechas, habría analizado cierre del Congreso

No cabe duda que la presidenta Dina Boluarte viene perdiendo apoyo y ya no cuenta con la debida popularidad en gran parte del Legislativo; por lo tanto—ya es prescindible —y al parecer necesita más tiempo en el “poder” para evitar las pesquisas penales que de todas maneras enfrentará.

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La denegación del Congreso al no darle permiso a la mandataria Dina Boluarte para que viaje a Nueva York y participe en la Asamblea General de las Naciones Unidas, logró consecuencias emocionales en ella. Y su incomodidad por ‘quedarse con las maletas hechas’ fue tan explicita que no tuvo reparos en salir para brindar un mensaje a la Nación para “pechar” a los miembros del Legislativo:

“La cancillería informó al Congreso de la República la importancia de este evento, solicitando que se permita la autorización de este viaje, la misma que fue agendada en la sesión del pleno de ayer, en la que solo 50 congresistas entendieron la importancia de la presencia peruana en esta gran asamblea”, dijo en su introducción.  

Claro está que toda la opinión pública sabe perfectamente que los 50 votos que apoyaron el viaje de la apurimeña provienen de Fuerza Popular, Avanza País, Alianza para el Progreso (APP), Acción Popular, y una parte de Renovación Popular. Tiendas políticas incondicionales al actual régimen.

Y en su afán de seguir leyendo el telepromter presidencial, prosiguió: “En el trascurso del día hemos recibido información preocupante de que algunos de los congresistas estarían siendo influenciados para votar en contra de la autorización del viaje. Esta situación pone de manifiesto que para algunos representantes los intereses partidarios y personales son más importantes que los intereses de nuestra patria. Ustedes podrán darse cuenta de quiénes están trabajando y estamos trabajando por el bienestar del país y qué políticos ponen obstáculos al progreso de las peruanas y de los peruanos”.

La verdad, no sabemos quién le habrá redactado ese discurso insensato; pero lo que sí dejó entrever la señora gobernante es haber reconocido que para ella es más importante acudir al evento internacional, que atender los temas nacionales como el monitoreo de los incendios forestales en diversas regiones del país; el control (aún no logrado) de la seguridad y la lucha contra la criminalidad; y en especial, los planes de contingencia que exige el sector salud, tras evidenciarse la falta de atención y ausencia de medicamentos para los millones de pacientes nacionales que acuden a los centros de salud cercanos a sus moradas.

Sin embargo, estamos de acuerdo con un extracto de lo que ella dijo en el mensaje: “para algunos representantes los intereses partidarios y personales son más importantes que los intereses de nuestra patria”. ¿Acaso es una novedad que esos intereses partidarios y personales se hayan ‘institucionalizado’ en el Parlamento? Considerando que el país entero sabe que el Poder Legislativo y el Ejecutivo, en complicidad acordaron en 2023 quedarse en sus cargos hasta el 2026, precisamente, porque primaron los intereses propios.  

En el mensaje a la Nación Boluarte Zegarra acusó que algunos congresistas le pusieron obstáculos al progreso de los peruanos. No sabíamos que, por habérsele negado un permiso de viaje, se está en contra del progreso nacional.  

Dina Boluarte antes del mensaje presidencial habría pensado en el cierre del Congreso

Sin duda, el berrinche que ayer mostró la presidenta en su mensaje obedece a algo más importante. Es decir, por más que esté evidenciado que una buena parte de representantes congresales le hacen el amén; también es sabido que a estas alturas, Dina Boluarte ya no cuenta con la debida popularidad en el Legislativo y por lo tanto—ya es prescindible—y en vista que esa información le habría llegado a sus oídos, la jefa de Estado no desea que la “madruguen”. En tal sentido, según nuestra fuente, antes del mensaje presidencial ella más bien habría querido “madrugar” a los ocupantes del Hemiciclo y por ello, se habría deslizado la idea de un cierre del Congreso, porque al parecer necesita más tiempo en el “poder” para evitar las pesquisas penales que de todas maneras enfrentará.

No obstante, eso sería otro disparate; considerando que solo hay dos formas para disolver un Congreso; la primera de manera legal y constitucional, tal como establece el artículo 134° de la Carta Fundamental, que para cerrarlo, se requiere que éste haya censurado o negado su confianza a dos Consejos de Ministros. Y la segunda opción obedece al modo factico e ilícito, muy al estilo “del 5 de abril de Alberto Fujimori”, sacando los tanques y tomando el Palacio Legislativo. Y por más que aún no sea el último año de su mandato, la señora Boluarte Zegarra no goza de los escenarios propicios para poder ejercer cualquiera de las dos opciones. Y peor aún, por más que lo haya pensado, tampoco tiene la capacidad ni el temperamento suficiente para tomar ese tipo de decisiones.

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