Populismo barato y un inexistente plan contra la inseguridad. Mientras tenemos a una presidenta de la República pensando más en hacerse retoquitos en distintas partes del cuerpo, tomarse selfies y aprovechar la imagen de inocentes niños para atacar a sus detractores, el país no para de desangrarse, sea quien sea, grande o chico, a plena luz del día o en una desolada calle en la noche. Los peruanos tienen que velar por su propia seguridad contratando seguridad privada, instalando cámaras de vigilancia y rejas en sus vecindarios porque desconfían de la propia Policía, la misma que estaría jugando en pared con esas organizaciones criminales al no investigarlas minuciosamente.
Ahora, la jefa de Estado, Dina Boluarte, ha salido a decir, durante la ceremonia de Buen Inicio del Año Escolar 2025, que viene “pensando seriamente” en la pena de muerte para los sicarios, a propósito de la muerte de Paul Flores, cantante de la agrupación musical Armonía 10.
«A estos malditos asesinos les digo que estoy pensando seriamente en la pena de muerte porque ningún sicario, ni extorsionador podrá manchar de sangre a familias», declaró.
Esa medida reaccionaria, a priori puede verse positiva, pero todo ello bueno fuese que lo haya dicho desde el primer día de su mandato, presentando planes efectivos y factibles que consigan reducir la delincuencia. Una vez más, la ‘chalhuanquina’ amante del bisturí salió a alzar la voz como si fuese nuestra gran salvadora. Más falso que su rostro.
Anuncian estado de emergencia en Lima y Callao, ¿otra vez con el mismo error?
El último estado de emergencia en Lima y Callao ni se sintió, salvo los primeros días donde se veían a los militares patrullando las calles de la ciudad, pero poco a poco su presencia fue desvaneciéndose hasta que todo volvía a la normalidad. Los asesinatos no pararon, mucho menos las extorsiones, así como las explosiones a tan solo unos metros de esos puestos de vigilancia.
En los distritos más lejanos llegada la noche las ‘combis asesinas’ volvían a colocarse donde les daba la gana, la presencia policial era casi nula, y por supuesto los militares solo actuaban como estatuas portando sus rifles de largo alcance. Claro que habían detenciones, pero pocas eran por extorsión y sicariato. Era ahí donde recién se aparecía el ministro del Interior, Juan José Santiváñez, para anunciar que se había dado con la captura de una peligrosa organización criminal a la que venían siguiendo durante meses. Otra mentira más grande que una catedral.
Así las cosas, Gobierno Central, a través de su premier Gustavo Adrianzén, anunció que en las próximas horas se va a decretar el estado de emergencia en toda la provincia de Lima y Callao.
El presidente de la PCM, además informó que la reunión del Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC), que estaba prevista para el 28 de marzo, se adelantará al martes 18 de marzo a las 10 a.m. en Palacio de Gobierno. En este encuentro, se abordarán acciones para enfrentar el crimen organizado, incluida una reforma integral del sistema penitenciario.