Cada 01 de abril, se conmemora el Día Mundial de la Educación. Esta fecha se instauró para hacer una reflexión sobre lo importante que significa la educación como paradigma en una nación.
La educación es un derecho humano que toda persona debe exigir y Perú no es la excepción. Señala el articulo 14° de la Constitución, “La educación promueve el conocimiento, el aprendizaje y la practica de las humanidades, la ciencia, la técnica, las artes, la educación física y el deporte. Prepara para la vida y el trabajo y fomenta la solidaridad”.
En el plano formativo, suena bonito y se muestra alentador; pero ¿qué tan educado es nuestro pueblo? si tomamos en cuenta, que en las regiones del país y en especial en la capital, generalmente vivimos una ‘cultura inculta’ gracias a una ‘educación maleducada’.
Somos más los que rendimos honores a la malcriadez, al despotismo, la grosería, descortesía, falta de empatía, descompromiso, desorden, indisciplina, anticivismo y a la antiética que se traduce en la sinvergüencería y el embuste. Y qué decir de la ‘fauna’ política cada vez más inculta, desinstruida y lega en temas doctrinarios y hermenéuticos. Y a pesar de ello, ¡vaya que ahora aspiran a ser senadores!
Qué castigo venimos sufriendo desde hace tres décadas, con mandatarios que hasta el día de hoy continúan siendo investigados por corrupción y que nada aportaron a la educación en el Perú. Aparte, tenemos a los comepollos, lavapies, robacables, robaluz, mataperro y actualmente a los mochasueldo.
Y a eso se suma la ‘Cultura Combi’, con choferes temerarios que arrollan a peatones; gente que bota desperdicios en las calles, transportes como El Metropolitano y el Metro, con especímenes que ingresan a empellones y que comen en los buses y vagones.
Estas malas prácticas, antiéticas, incultas y anticívicas por falta de educación se deben a las deficientes políticas públicas de los últimos gobiernos de turno y porque cada vez más desaparecen los hogares con familias funcionales que cumplían con la premisa: “la educación empieza en casa”.
Más allá de celebrar el Día Mundial de la Educación… añoramos que la educación de una vez se reinstaure en la sociología peruana, para lograr más ciudadanos de bien, con virtudes y buenos hábitos.
(Columna publicada en Diario UNO)