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El día que Castañeda le dijo no al peaje

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¿Qué fue lo que finalmente primó para que el alcalde diga que el peaje de Puente Piedra no va? ¿Fueron los muy bien elaborados carteles, pancartas y banderolas que exigían que escuche la petición del pueblo? ¿Fueron los manifestantes y policías heridos en el enfrentamiento desatado la semana pasada?  O tal vez fue el perdigón en el ojo que recibió el fotógrafo de Perú21.

En los días que pasaron, el pueblo sufría y veía cómo se intercambiaban acusaciones los variopintos personajes de nuestra política, Juan Sheput señaló “Castañeda es abogado de Odebrecht”, y nuestro alcalde siguiendo el ejemplo de Poncio Pilato dijo “este problema nació en la gestión de Susana Villarán”. Es decir, se buscaban culpables, mas no soluciones ante el problema.

El enfrentamiento del día jueves 12 se pudo evitar, pero, al final, no fue así. Incluso, Marisol Espinoza declaró que el contrato se podía renegociar o anular el mismo lunes 9. ¡Ay, Mudo querido! ¿Por qué no diste una respuesta rápida y certera? ¡Habla hijo, habla! No tengas temor a embarrarte las manos.

Nuestro alcalde aprovechó las celebraciones por el aniversario de Lima para dar a conocer su decisión. ¡El peaje no va! Lo dijo con fuerza, el público enloquece, el distinguido caballero que quiere pagar 50 céntimos en vez de 5 soles aplaude, la coqueta señora lanza besos volados, Castañeda se da su baño de popularidad ante miles de personas en la Plaza de Armas; algo necesitado ya que su aprobación estaba bajando en las encuestas (de 53% a 45%).

Lo que no se sabe todavía es cómo y cuándo se negociará con Rutas de Lima para modificar el contrato, ya que el grito del No va es solo un punto de partida. Las personas quieren ver un documento firmado que acredite el clamor popular.

Por otra parte, debemos fijar la mirada en un punto importante: las protestas están funcionando. El pueblo tomó la calle, exigió lo que sintió justo y – como pasó con la ley pulpín, por ejemplo – las autoridades escucharon y cedieron. Una consecuencia de este suceso ya se vive en La Molina, donde piden retirar el peaje de la Av. Separadora Industrial. Pero eso forma parte de otro capítulo y, posiblemente, de otro artículo de opinión. Por cierto, ¿qué planes para celebrar los 482 años de Lima, aparte de guitarra y cajón?

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