Cultura

Destruyen friso de Huaca La Centinela

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Mientras estábamos confinados en plena pandemia, personas inescrupulosas atentaron contra lo poco que quedaba del friso en alto relieve del edificio principal de Huaca La Centinela. Lamentablemente, no todos tenemos respeto por nuestro patrimonio.

En el anterior artículo fuimos muy enfáticos en señalar el total abandono que está sufriendo Huaca La Centinela por parte del Ministerio de Cultura desde que lo administra (2005). Ninguna medida preventiva antes o después del terremoto del 2007, han dejado pasar muchos años, sin gestionar un proyecto de envergadura. Un proyecto que, se merece Centinela por toda la importancia que tuvo en la costa sur entre los años 1000 a 1450 D.C. aproximadamente. Además, el sitio fue declarado Patrimonio Cultural de la Nación un 20 de mayo del 2003, bajo Resolución Directoral N°309-INC.

Foto: Bennett Greig, 1938.

Dentro de La Centinela, se localiza hacia el lado oeste el “Templo principal Chincha” o Sector XIII denominado así por el arqueólogo Wallace, con una altura aproximada de 20 metros. Debido a este edificio el sitio arqueológico recibió el nombre de Centinela ya que, desde su cima se puede divisar un amplio horizonte con vista al litoral marino y los campos de cultivos de los alrededores. Esa enorme estructura piramidal construida con tapial (adobón) que, data de la época en la que el Señorío de Chincha mantenía su autonomía política y; con la llegada de los incas se hicieron varias modificaciones, sobre todo en el lado sur, a fin de construir su Templo del sol y demás estructuras administrativas.

Desde un gran forado en las paredes del lado sur, hecho posiblemente en época colonial por buscadores de tesoros, se puede apreciar el interior de la pirámide, compuesta por recintos de regular tamaño aun cubiertos por escombros. Este edificio albergó posiblemente al oráculo e ídolo de Chinchaycamac que, fue ampliamente conocido y respetado en la costa sur del Perú, siendo la mayor divinidad en este valle.

En los últimos niveles de la plataforma superior, se apreciaba hasta hace algunas décadas una pared de aproximadamente 2 metros de altura por 10 metros de largo, decorada con un extraordinario friso en plano relieve, donde se podía apreciar motivos escalonados y concatenados en los que se entrelazan olas marinas, peces y aves estilizadas; en la parte inferior de dicho friso se puede ver la representación de un ave marina en vuelo de picada en clara acción de pescar. Hoy en día solo queda un pequeño bloque de aquel friso con las siguientes dimensiones: 2 metros de largo por 1 metro de alto aproximadamente.

Lamentable estado del friso antes de ser dañado.

El lunes visitamos el lugar en compañía de algunos integrantes del Instituto de Investigación del Patrimonio Cultural de Chincha (INIPACCH), y nos dimos con una ingrata sorpresa. Lo que quedaba del famoso friso ha sido destruido. Como recordaremos, una de las figuras del friso como es el pez estilizado (actualmente ya no existe), lo podemos ubicar en: el campo superior izquierdo del escudo de Chincha que, simboliza riqueza, prosperidad, un legado milenario de los antiguos pescadores chinchanos y, en la moneda de 20 céntimos.

Si bien es cierto, el friso desde su descubrimiento –primera fotografía que data aproximadamente de 1924– estuvo al descubierto y durante muchas décadas fue vapuleado, destruido por los visitantes. Añadimos que, la práctica de buscar tesoros por los “huaqueros” también haya sido uno de los factores de deterioro, además de los factores antrópicos.

Foto: 1924.

Sin embargo, en los últimos años tanto en Huaca La Centinela, Huaca La Cumbe y Huaca Tambo de Mora, se han encontrado huellas de pago a la huaca y amarres amorosos por brujos o curanderos de zonas adyacentes al sitio. Esta práctica es repetitiva desde tiempos inmemorables. Presumimos que, esta actividad de destrucción haya sido producto por parte de ellos, ya que se ha encontrado huellas de ceniza, hojas de coca, cigarros, botellas de vinos y pisco; no descartamos que hayan sido grupos de visitantes nocturnos que, querían pasar una noche desenfrenada en la cima de la huaca mirando la luna y estrellas, al son de buena música, fogata y licor.

Da tanto coraje que, cualquiera que fuese el caso, no han tenido un respeto hacia su Patrimonio. Nos llama mucho la atención ya que, antes de la pandemia esta práctica era casi normal en las huacas, en lugares específicos, incluso en la misma cima del edificio principal, pero sin dañar lo que quedaba del friso. Mucho por repensar y analizar hasta donde podemos llegar con actos así.

Se va borrando lentamente parte de nuestro friso, por la desidia y falta de voluntad política de algunos gobernantes, la inacción del Ministerio de Cultura y la falta de educación patrimonial de parte de los ciudadanos que acuden al lugar. Se siente una gran impotencia y coraje por lo acontecido, nosotros que estamos muy identificado con nuestro Patrimonio nos duele en el alma. Pero queda en nosotros seguir preservando lo que queda, ojalá que se pueda cumplir el sueño de tener al menos un día la réplica de todo el friso en alto relieve para el deleite del visitante. Mientras tanto, hoy no es un día para alegrarse. Hoy lo que queremos y amamos nuestra cultura milenaria estamos de duelo.

Dios Chinchaycamac, perdónalos, porque no saben lo que hacen.

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