Opinión

Derecho y política

Lee la columna de Tino Santander.

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Por Tino Santander

“El poder Neutro. Teoría del equilibrio de poderes[1], – es un ensayo de filosofía que describe el nacimiento de la República y del “estado de derecho” en América Latina. Su autor el constitucionalista Jorge Astete, afirma que la separación del derecho de la política ocurrió en el mundo anglosajón en los siglos XVII y XVIII en la que se consolidó el gobierno de las leyes y el capitalismo. En cambio, en América Latina la idea republicana del estado de derecho ha sido reemplazada por la ideología y la política que pretenden establecer paraísos terrenales sin haber producido nada; creando estados burocráticos que impiden el desarrollo de la libertad individual y sobre todo subordinando el poder judicial al poder político y económico.

Los neoliberales, los socialdemócratas, y los populistas tienen una estrecha visión economicista. No se dan cuenta que el control de la ley lo tiene el parlamento que ha establecido la tiranía de la ignorancia y la corrupción. Han creado una república hemipléjica en la que dominan los grupos de poder económico que controlan la ley a favor de sus intereses.

En el Perú, el derecho está subordinado a la política que fomenta el caos y conflictos sociales de todo tipo; el desorden jurídico y corrupción judicial es sempiterno; tenemos una hiperlegislación de normas y reglamentos que enredan la vida de millones de peruanos que hacen imposible el desarrollo económico.

La democracia en el Perú es una ficción. Lo que existe es un sentimiento democratizante que confunde el Estado de derecho con ideología política, es decir, la tendencia a sobreponer los principios abstractos a la realidad, los sentimientos a la razón, la moral al derecho. La clase política sigue cándidamente la fantasía de ideólogos que proclaman la libertad, la justicia social, y la lucha contra la corrupción.

El conflicto entre derecho y política abruma al país. La corrupción institucionalizada en todo el Perú, es parte del paisaje nacional, ha penetrado el alma de los peruanos. Nada nos conmueve, nada va a pasar en el Perú; las rebeliones son estados de ánimo que se resuelven en una cafetería en la que los conspiradores se ponen de acuerdo para que todo siga igual.

La fiscalía ha presentado una denuncia constitucional en el parlamento en la que se demuestra que Pedro Castillo, lidera una organización criminal en el poder; sin embargo, el congreso esta comprometido con esa organización criminal; la fiscalía y el poder judicial están sometidos al poder económico a través de pactos comerciales con los bancos acusados de lavados de activos y otros delitos.

Los peruanos observamos con indiferencia y desprecio la sórdida batalla por el poder de los politicastros en los medios de comunicación tradicional. Por otro lado, están millones de peruanos que no tienen agua y desagüe, agricultores sin fertilizantes, millones de familias y mypes acosadas por los bancos que los amenazan con quitarles su propiedad. Los peruanos tenemos que encontrar soluciones a los problemas nacionales al margen del Estado y de los políticos. El Perú, necesita una revolución social republicana que acabe con el dominio de la política sobre la vida de los ciudadanos.


[1] Jorge Astete Virhuez (2001) El poder neutro. Una teoría del equilibrio de poderes. Lima. Ediciones abogados.

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