El CAF, Banco de Desarrollo de América Latina empezó sus operaciones en 1970 y desde esa fecha ha tenido un desarrollo vertiginoso y se ha convertido en uno de los bancos multilaterales más importantes en la región.
Como muestra de ello, si el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) prestaba US$14,000 millones de dólares para toda la región, el CAF no se quedaba atrás y prestaba US$12,000 millones.
Asimismo, el CAF tuvo un desempeño importante durante la pandemia y por eso se ha convertido en uno de los más importante en el hemisferio, porque durante el año pasado aprobó prestamos por US$ 14,000 millones de dólares.
Hasta aquí todo suena muy bien; sin embargo, han saltado múltiples denuncias por abuso de poder, acto de hostilización y acoso laboral en esta institución de prestigio internacional.
Curiosamente, en la plataforma web del CAF dice: “CAF ofrece oportunidades de empleo para jóvenes comprometidos con el desarrollo”.
Una de las denuncias más notorias y recientes fue la de la abogada boliviana Alejandra Claros Borda en octubre de 2019. Ella trabajó durante cinco años como analista política y coordinadora de secretaría en el banco, pero los problemas surgieron cuando el secretario general Víctor Rico (compatriota boliviano) le pidió dos favores que eran de tipo inmoral, por ejercer un uso abusivo del poder. El primer favor, consistía en mediar ante la justicia boliviana para que favoreciera al cuñado de Rico, acusado por corrupción en la Alcaldía de Cochabamba, y como ella conocía a Evo Morales, porque fue jefa de su gabinete, todo sería más fácil.
El segundo favor, era alterar los detalles de un informe sobre Bolivia, para indicar que en las elecciones de ese país hubo un fraude electoral. Y como Claros Borda se negó a hacer esos cambios, porque la auditoría de este proceso no había terminado, Rico le advirtió que la colegiatura de su hijo estaba en riesgo, ya que el CAF pagaba esos estudios.
Entonces, Claros Borda no perdió más tiempo y denunció el hecho al Comité de Integridad Ética del CAF y al parecer, le fue peor y desde ese momento empezó a ser víctima de acoso en la institución por parte de Víctor Rico y Ana María San Juan, directora de su área de trabajo.
Posteriormente, Claros Borda envió otra carta que detallaba este nuevo hecho, a la propia responsable de Recursos Humanos y Directora de Administración Elvira Lupo; no obstante, Lupo también la hostilizó, a tal punto que le dijo que ella había llegado al CAF solo por su relación con Evo Morales y luego le pidió que debía renunciar.
Recursos Humanos, en lugar de reconsiderar su caso, decidió que debía renunciar al banco, pero la abogada explicó que se quedaría sin dinero y que tampoco no podía regresar a Bolivia debido a la persecución que ejercían contra la gente de Morales y por ello pidió un poco de tiempo para permanecer en su puesto, pero no accedieron.
“A mí no me permitieron ni recoger las fotos de mi hijo que estaban puestas en mi lugar de trabajo, y eso ha pasado también con otras personas”, afirmó Claros Borda al diario El Espectador.
Ella, también había solicitado un día más para despedirse de sus compañeros, pero tampoco se lo dieron. Finalmente, la coaccionaron para que firme su renuncia, su liquidación y un acuerdo de confidencialidad en el que no podía revelar nada de lo que había sucedido dentro del CAF.
Posteriormente, estando en la calle fuera de la institución financiera, le dio un ataque de nervios y esperó calmarse para presentar acciones legales; sin embargo, llegó la pandemia y ya nada pudo hacer.
Lo más lamentable, es que la denuncia de Claros Borda no ha sido la única en el CAF y desde el año 2017, por maltrato y abuso han renunciado aproximadamente cien funcionarios. Igual que Claros Borda, varios exempleados cursaron cartas denunciando el mismo tratamiento abusivo.
En otro de los documentos que mostraron a El Espectador se lee la denuncia de un empleado que, tras ser coaccionado a renunciar, debía salir del país donde estaba en un breve plazo de tiempo. La mayoría de denuncias, son interpuestas por mujeres. En otra carta, se lee la denuncia de otra mujer a la que se le exigió interferir en las funciones de auditoría para utilizarlas como un arma contra otros funcionarios.
Pero, el caso más sonado fue el de Ricardo Sigwald, un exconsultor jurídico de la CAF, que fue despedido porque recomendó a la institución que no se aprobara un crédito a Venezuela, por causa de la situación desfavorable que vivía ese país.
Sigwald solo estaba protegiendo los intereses del banco, porque vislumbró que no había forma de que ese préstamo fuera resarcido. Luego que lo despidieron, Sigwald tuvo una profunda afección en su salud y murió en octubre de 2020 por complicaciones relacionadas con la Covid-19.
Pero según las fuentes del diario El Espectador, el problema surgió con la llegada del actual presidente del CAF, el peruano Luis Carranza Ugarte, quien reemplazó a Luis Enrique García.
Con Carranza, llegaron cambios importantes que han llevado a una mala conducta interna en este organismo multilateral. Aunque es sabido, que en una nueva administración se cambia a varios empleados; eso siempre se había realizado con criterios razonables de decencia, pero luego de la nueva presidencia con Carranza al mando, esas amenazas hacia los trabajadores para forzarlos a renunciar por negarse a realizar acciones poco éticas, se volvieron recurrentes.
Luis Carranza Ugarte tiene vasta experiencia en el ámbito financiero. Él fue ministro de Economía en Perú durante el mandato de Alan García, además, trabajó en el FMI y ya había sido Viceministro de Hacienda en el gobierno de Alejandro Toledo, bajo las ordenes de PPK.
Actualmente, Carranza desde 2012 es Presidente de la Sociedad Administradora de Fondos de Inversión (SIGMA). Prácticamente, él administra los fondos de las AFP en el Perú y muchos afiliados peruanos desconocen ese encargo otorgado a Carranza y según sus propias declaraciones los rendimientos del Fondo, apuntan a una rentabilidad anual del 15%.
Finalmente, en 2017 fue elegido Presidente Ejecutivo del CAF-Banco de Desarrollo de América Latina y su periodo culminará en el 2022, en una etapa donde probablemente y con un nuevo presidente, desaparecerán los actos de hostilización que han vulnerado a cientos de trabajadores del CAF en la región.
Nota completa en El Espectador aquí https://www.elespectador.com/noticias/el-mundo/las-denuncias-por-abuso-de-poder-en-la-caf/