La política como medio para enriquecerse estando cerca al poder. Al parecer cualquier ciudadano que quiera llenarse los bolsillos, tener influencia en la política, o ser un mero intermediario de los empresarios se viene enlistando en lo que serán las elecciones presidenciales más turbias y direccionadas de toda la historia Republicana, pues no paran de presentarse candidatos que no precisamente son el ejemplo de la juventud y más se inclinan al bajo mundo, el pillaje y la mentira.
Entre los tantos candidatos ha resaltado la más reciente declaración de Zamir Villaverde, empresario investigado por el caso Puente Tarata, quien manifestó durante una entrevista en RPP que tenía la intención de postularse para diputado en el partido de su “amigo” Álvaro Paz de la Barra, ex alcalde de La Molina y líder del partido Fe en el Perú.
«Actualmente estoy apoyando a un amigo mío que lo conozco de años (…), es la persona que fue el mejor alcalde de La Molina, presidente de la Asociación de Municipalidades del Perú, Álvaro Paz de la Barra», indicó.
«Yo voy a apoyar como militante porque creo en el partido Fe en el Perú, creo que va a cambiar las cosas, es un partido de centro derecha (…) Estoy considerando ir en la lista de diputados (…) Como yo soy un hombre de derecho y legislar, quiero volcar toda la experiencia que tengo en el sector privado (…) en la vía pública», puntualizó.
El oscuro pasado de Zamir Villaverde
El empresario fue miembro de la Fuerza Aérea del Perú (FAP), pero fue expulsado de la institución cuando se descubrió que había cometido actos delictivos junto a otros suboficiales durante sus días de franco. Incluso, fue degradado en una ceremonia oficial en 1999.
En febrero de 2007, participó en un asalto a balazos de una pizzería en el distrito de Miraflores con una banda de delincuentes. En esa misma escena fue capturado por los policías en una persecución y resultó herido de bala. En 2009, fue condenado por la justicia a 10 años de cárcel por robo agravado. No obstante, solo estuvo dos años preso en el penal Castro Castro.
En 2013, Villaverde reincidió en delitos y fue condenado a 4 años de prisión por colusión y falsificación de documentos, pero en 2015 ya estaba en libertad. Ya en 2016 fue denunciado por su expareja en la comisaría de La Molina por violencia física y psicológica.
Sin embargo, el empresario no tiene antecedentes judiciales y se considera como un experto seguridad con la empresa Vigarza. Se ha presentado en actos protocolares de altos mandos de la Policía Nacional del Perú (PNP) durante el mandato de Pedro Castillo.