Ayer por la noche una inmensa humareda cubría el cielo cusqueño producto de un incendio forestal en el cerro Tambomachay dentro del Parque Arqueológico de Sacsayhuamán. Con voracidad el fuego devoró más de treinta hectáreas. Desde lo lejos se observaba un panorama infernal que iba cubriendo la ciudad.
Varias unidades de bomberos intentaban controlar el siniestro, mientras las llamadas de auxilio y los gritos desesperados comenzaban a escucharse a los lejos. Rómulo Centeno, brigadier mayor y jefe de la Novena Comandancia de Bomberos del Cusco, combatió el incendio junto a sus compañeros. Cada minuto se sumaban más Unidades de bomberos, entre ellas: la Unidad 39 de Cusco, 116 de San Sebastián, 119 de San Jerónimo y 131 de Pisac. Todos con un solo propósito: combatir el fuego.
“También contaremos con el apoyo de una brigada de 50 soldados. Este incendio se torna bastante complicado de combatir debido al abundante material combustible y la velocidad pronunciada y cambiante del viento”, señaló el brigadier Centeno.
Según un comunicado difundida la sede del Ministerio de Cultura de Cusco, “el evento inició en el sector denominado quebrada Queser y ya consumió más de 30 hectáreas de pastizales y plantaciones de queñuas y eucaliptos”.
“A pesar de las denodadas acciones de ataque de los combatientes, el fuego no se logró controlar, activándose con mayor intensidad a horas 17:45, es así que por las condiciones de poca visibilidad hacia las rutas de escape y distancia muy alejada de zonas seguras, el personal procedió a desmovilizarse a horas 18:15”, agregó el comunicado.
Esperemos que el Ministerio de Cultura realice un completo balance de los posibles daños y perdidas en el Parque Arqueológico de Sacsayhuamán.
