Opinión

Crónica de un verano, de Jean Rouch y Edgar Morin (1961)

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La vida, las condiciones materiales de la existencia, el fascismo capitalista, son una desesperante trampa. De lo más cotidiana, además. ¿Qué hacemos, aguantamos, nos quedamos como si nada? ¿Esperamos a que nos destruyan? O aún queda espacio para otra cosa. Esa es una de las preguntas más importantes que se hace esta memorable película. Pregunta que late casi en cada plano.

La ficción sería entonces más o menos un consuelo, y ni de lejos una solución ante la dificultad -o imposibilidad- de la lucha por la emancipación. ¿Y el documental no? Lo seguro es lo ‘inseguro’: hay que experimentar, probar nuevas formas de construir: una mirada, un pensamiento, una imagen, una película, ¡una vida!, hay que buscar una salida, en medio de la oscuridad. Casi escribo: ‘de la oscuridad más gris’. Hay un vaivén ‘estructurante’ entre la vitalidad y la depresión. Y hay discusiones que evocan, no sin agudeza y gracia, a unas ratas dentro del laberinto.

Hay que volver a lo más simple, a lo directo, a la ‘verdad’, a tocar la carne de la gente, en la calle. Preguntar así a quienes pasan -con falsa inocencia, a lo horrible reportero- si son felices, es del todo natural (hasta se podría llamar film-encuesta), y tiene a la vez quizá algo de violento, de intromisión, de intimidad forzada, abrupta, de micro acontecimiento escandaloso; ¿o será que la existencia puesta al desnudo no es bonita de mirar? De nuevo. ¿La ficción no está en fingir que las cosas no van tan mal? Lo ético: destapar las miserias, examinarlas de frente, sin temor.

Así que está -como es lógico- el seguimiento más detallado de un puñado de vidas. Y la cámara no contradice ni falsifica estas vidas, se incorpora a ellas. El trabajo en la fábrica (por ejemplo, y no deja de ser curioso, tiene su belleza, tiene su épica, pero) tal como están organizadas las cosas es una maldita esclavitud. El hecho de mostrarlo es peligroso para los patrones. Avivar nuestra conciencia no es lo que necesitan de nosotros… ¿Y que fue del ideal revolucionario? ¿De la militancia? En la película hay una interrogación sobre sus propios métodos, sobre su propia validez. Sigue siendo un camino abierto, y una lección por aprender. Esta película sigue desafiantemente viva.    

Aquí enlace de la película:

https://m.ok.ru/video/1605063346710

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