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Crisis en la educación rural 2024: Zonas amazónicas en desventaja y estrategias de docentes asháninkas

Una investigación del Colectivo Educando evidencia que la educación rural amazónica se encuentra en caída libre.

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Por Colectivo Educando*

En los rincones de la Amazonía peruana, donde el verde denso apenas deja paso a trochas olvidadas, la educación libra una batalla silenciosa. Los resultados de la Evaluación Nacional de Logros de Aprendizaje (ENLA) 2024 han puesto una vez más en evidencia una vieja herida: las brechas educativas entre las zonas urbanas y rurales no solo persisten, sino que se agrandan.

Aunque algunas estadísticas sugieren mejoras en las escuelas amazónicas, los números maquillan una verdad más cruda: siguen ancladas en los últimos lugares a nivel nacional. Y si el análisis se afina —comparando escuelas de ruralidad extrema— el panorama se vuelve todavía más desolador. En la categoría «Rural 1», que agrupa colegios de menos de 500 habitantes y a más de dos horas de distancia de cualquier capital provincial, el abandono educativo es palpable: aulas improvisadas, docentes únicos para decenas de estudiantes de distintas edades, y un Estado que llega tarde, o simplemente no llega.

Voces desde la trinchera: los maestros asháninkas

En un aula de la institución San Francisco, en Satipo, Caleb Cabello dicta un curso de fortalecimiento de capacidades para maestros bilingües en el nivel primaria. El enfoque es claro: formar docentes capaces de enseñar ciencia a través del modelo STEAM. Pero la tarea es titánica.

«Uno de los factores de los pobres resultados en la ENLA 2024 es el factor docente», afirma sin rodeos Cabello. «Para esperar otros resultados necesitamos maestros formados de verdad, con vocación, con ganas de cambiar las cosas».

Caleb Cabello a cargo de una capacitación docente, una iniciativa dirigida a más de 200 profesores que forman parte de la Ugel Río Tambo, Río Ene Mantaro.

La crítica es feroz, pero necesaria. Según Cabello, en muchas comunidades nativas, los profesores son contratados más por su condición étnica que por su preparación académica. “Se contratan docentes indígenas que ni siquiera dominan plenamente su lengua materna. El examen de la DIGEIBIRA exige solo un nivel básico”, lamenta. Y agrega un diagnóstico lapidario: “No hay formación continua. Los contratan y los dejan a su suerte”.

La brecha no es solo una cuestión de recursos: es una renuncia del Estado a su responsabilidad más elemental. La educación intercultural bilingüe (EIB), que debería ser una garantía de derechos, en muchos casos termina siendo una nueva forma de exclusión.

La ENLA correspondiente al año 2024 muestra mejoras en las escuelas de las zonas rurales. No obstante, siguen ocupando los últimos lugares.

El Estado en deuda: una voz oficial desde el Minedu

Desde que asumió la dirección del programa de Educación Intercultural Bilingüe (EIB), Marcelino Galindo ha enfrentado importantes desafíos, pero también ha impulsado estrategias para transformar la educación para los pueblos originarios del Perú. Entre los principales retos identificados, destaca el déficit de profesores especializados en pedagogía EIB y la escasa oferta formativa en las universidades.

A pesar de los bajos resultados en regiones amazónicas, evidenciados en la evaluación ENLA 2023, Galindo lidera acciones concretas: un plan piloto en seis regiones que incluye la contratación de 20 especialistas EIB para realizar acompañamiento pedagógico y talleres de fortalecimiento docente.

Marcelino Galindo acude a una reunión con la Central Asháninka de Río Ene, para recibir una propuesta educativa de las comunidades indígenas asháninkas. Créditos: Central Asháninka de Río Ene.

Actualmente, el programa EIB abarca más de 26,400 instituciones educativas, lo que representa alrededor del 30% de la población escolar peruana. Un dato curioso que resalta Galindo es que Lima, en especial el distrito de San Juan de Lurigancho, concentra la mayor diversidad lingüística.

Sobre los avances, Galindo señala que en zonas rurales como Puno y Arequipa, los resultados de ENLA 2024 son muy alentadores gracias al esfuerzo y compromiso de los docentes. Los estudiantes bilingües no solo dominan su lengua originaria y el español, sino que también destacan en habilidades como la exposición oral y la producción de podcasts.

Mirando al futuro, para 2025, Galindo apuesta por actualizar la política nacional de EIB a través de consultas a los pueblos indígenas, ampliar convenios con universidades para formar más docentes especializados, y fortalecer la revitalización de las lenguas originarias dentro de las escuelas.

Marcelino Galindo se presenta como un líder que no solo reconoce los retos, sino que actúa con visión clara y compromiso profundo por una educación que respete y valore la diversidad cultural y lingüística del Perú.

Una mirada desde Pronabec

La especialista de Pronabec, Elvira Pacherres, advirtió que las regiones amazónicas como Loreto, Ucayali, San Martín y Amazonas ocupan los últimos lugares en el ranking educativo nacional, con puntajes muy bajos y altas tasas de deserción escolar. Solo el 46,8% de los jóvenes mayores de 15 años logra terminar la secundaria en estas zonas. Además, destacó que los estudiantes que acceden a becas presentan un menor nivel académico comparado con otras regiones, y que muchos desertan de los estudios superiores por falta de preparación previa.

Pacherres propone como solución una estrategia de nivelación académica y apoyo emocional para fortalecer sus competencias y asegurar su permanencia en la educación superior. A pesar de las dificultades, programas como Pronabec han beneficiado a más de 211,000 jóvenes desde 2012, demostrando que el acceso a becas sigue siendo una de las principales herramientas para romper el ciclo de pobreza.

El precio de la indiferencia

La crisis no es solo de infraestructura o recursos. Es una crisis de visión. Mientras la conectividad es un lujo, las aulas se caen a pedazos y los libros escasean, los niños asháninkas crecen entre la nostalgia por su cultura ancestral y la incertidumbre de un futuro que no les ofrece herramientas para sobrevivir en un mundo cada vez más competitivo.

Ana Janampa, lingüista y especialista en temas interculturales, advierte: “La escuela no debe limitarse a transmitir conocimientos ancestrales; eso corresponde a las familias y las comunidades. La escuela debe ofrecer nuevos saberes que preparen a los jóvenes para el mundo globalizado”.

Ana Janampa, lingüista e investigadora de asuntos interculturales representante del Centro de Análisis Intercultural para el Desarrollo (Canaid).

Caleb Cabello coincide: el problema no es solo de fondos, sino de estrategia. «La propuesta educativa para estudiantes bilingües necesita ser revisada a fondo. Si no está dando resultados, algo estructural está fallando», sentencia.

Ambos especialistas identifican tres urgencias: reformular la propuesta educativa EIB, garantizar una formación docente continua y seria, y exigir al Ministerio de Educación que asuma, de una vez, su verdadera responsabilidad.

¿Un nuevo horizonte?

Desde la DEIB se anuncian cambios: una actualización de la política nacional de educación intercultural bilingüe, consultas a los pueblos indígenas, convenios con universidades para impulsar la formación de maestros EIB. Pero las promesas no educan niños, ni reparan aulas, ni construyen futuros.

En el corazón de la Amazonía, mientras tanto, los niños esperan. Esperan más que palabras. Esperan el día en que aprender a leer y a soñar no sea un privilegio, sino un derecho cumplido.

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*Colectivo Educando se encuentra integrado por Mónica Aguilar, Ricardo Mendoza, Diana Tineo y Edwin Cavello.

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