Escribe: Aníbal Mamani
El gobierno planea monitorear el tráfico y densidad de las personas a través de las antenas de telefonía celular para frenar la propagación del coronavirus. Esta iniciativa proviene del Comando de Operaciones COVID-19 y sus “científicos sociales”, (sí, los responsables de las salidas diferenciadas por género como frente de lucha contra el Patriarcado). Dicha iniciativa apela a los beneficios tecnológicos para evitar la aglomeración de personas identificando las zonas donde existe mayor proximidad de antenas celulares para que los agentes del orden tomen acción. Sin embargo, este “martillazo” tecnológico genera muchas suspicacias en cuanto al tratamiento de la información privada.
En primer lugar, aclaremos algunos puntos, la aplicación “Perú En Tus Manos” que brinda el Estado para identificar las zonas de riesgo y realizar un triaje digital requiere para su funcionamiento el DNI, número de celular y ubicación. Hasta aquí todo parece estar bien, pero surge la pregunta conspiranoica ¿Puede el Estado monitorear mi actividad en las redes sociales o acceder a mi información privada, tales como fotos, archivos, historial web, etc. mediante esta aplicación? La respuesta es NO. Y esto parte del supuesto de que sería MUY pero MUY tonto por parte del Estado incluir un código de monitoreo y acceso a la información privada dentro de la aplicación. Un breve peritaje lo pondría al descubierto y rápidamente sería un escándalo mediático colosal, aunque con cierta prensa oficialista todo podría pasar.
En segundo lugar, si bien la aplicación no te espía, existe un dato que puede resultar perturbador para algunos, pero que no es ninguna novedad. Actualmente TODA nuestra actividad en la Internet, por ejemplo, las páginas web que visitamos, lo que vemos en YouTube, las publicaciones en Facebook, los comentarios en Twitter, etc., forman parte de la información privada que viaja a través de las ISP (Proveedores de Servicio de Internet) llámese Claro, Movistar, Entel, Bitel, entre otros. Ellos se encargan de conectarte a la Internet y retornarte toda la información que solicitas. Por su naturaleza, las ISP tienen el control de la red y pueden saber el origen y destino de todo lo que haces. Para darte una idea, la División de Investigación de Delitos de Alta Tecnología (DIVINDAT) con el apoyo de las ISP, son capaces de identificar a delincuentes informáticos, ubicarlos en sus casas y capturarlos.
Mantener tu privacidad en tiempos de coronavirus, no debería ser complicado, podrías usar una VPN (Red Privada Virtual) que es una especie de peaje para llegar a la Internet. La VPN encripta toda tu actividad en la Internet y oculta tu IP, de esta manera estarás seguro y las ISP no podrán identificarte. Y digo peaje, porque lamentablemente este servicio cuesta, alrededor de 30 soles mensuales.
Finalmente, volviendo al tema, ¿deberíamos preocuparnos por la seguridad de nuestra información privada? Bueno, apelemos al “que pasaría”. Para nadie es sorpresa de que existen muchos temas que le son incómodos a este gobierno y que difícilmente se pueden tratar sin la replica inmediata de sus cortesanos políticos. Es decir, se intenta manejar una sola verdad, y se tilda de obstruccionista a toda posición disidente o contraria. Ante esto, surgen más preguntas: ¿Qué pasaría si uno es incómodo al gobierno? ¿Con que facilidad la fiscalía abre investigaciones por brindar “información falsa”? ¿Podría la aplicación exponer mi ubicación cada vez que utilizo el mapa de zonas de riesgo? ¿Si tienen mi DNI o número de celular podrían solicitar mi tráfico de red a las ISP como parte de una investigación de la fiscalía? ¿Es cierto que se abren investigaciones por tweets y recortes de periódico? A cuidarse.
Bonus Track: IPSOS Perú califica a Martín Vizcarra como el segundo presidente con mayor aprobación en Sudamérica (56%) respecto a su lucha contra el coronavirus. Pero se les olvidó decir que somos el segundo país con más infectados en Sudamérica. A estas alturas el Congreso de la República tiene que ponerse las pilas para investigar las diversas denuncias en pleno estado de emergencia.