Es un secreto a voces en el mundo del software: hay programas tan populares que prácticamente nadie paga por ellos. WinRAR es quizás el caso más emblemático, con su eterno aviso de «prueba gratuita caducada» que los usuarios simplemente ignoran. Pero no es el único. Microsoft Office, Windows, Photoshop y otros programas comparten el mismo destino: son esenciales para millones de personas, pero pocos adquieren una licencia legal.
El caso de WinRAR es particularmente llamativo. A pesar de ser una herramienta esencial para la compresión y descompresión de archivos, la mayoría de los usuarios nunca han pagado por una licencia. La empresa detrás de la aplicación parece haber aceptado esta realidad y, en lugar de insistir en la venta de licencias, ha optado por diversificar su negocio. Ahora, sorprendentemente, WinRAR vende merchandising oficial como bolsos y chaquetas, aprovechando su estatus de software legendario.
Pero WinRAR no está solo en esta situación. Microsoft Office y Windows han sido pirateados desde sus primeras versiones, con activadores ilegales y cracks que permiten a los usuarios evitar pagar. Aunque Microsoft ha implementado sistemas de activación más estrictos y ha empujado a los usuarios hacia el modelo de suscripción con Office 365 y Windows 11, sigue siendo común encontrar copias sin licencia.
Otro gigante del software afectado por esta tendencia es Adobe Photoshop. Durante años, su modelo de venta única incentivó la piratería. Con el paso a Adobe Creative Cloud, la empresa ha tratado de reducir esta práctica, pero muchos usuarios aún encuentran formas de evitar pagar.
Otras aplicaciones en la misma situación incluyen AutoCAD, ampliamente usado en ingeniería y arquitectura. También los softwares de edición de video como Sony Vegas y Camtasia. En el mundo de la música, herramientas como FL Studio son pirateados con frecuencia debido a sus altos costos.
Las empresas han intentado diversas estrategias para combatir este problema: pasar a modelos de suscripción, exigir conexión a internet constante para verificar licencias o, en el caso de WinRAR, aceptar la realidad y buscar ingresos por otros medios. La piratería sigue siendo un tema polémico, pero lo cierto es que algunos de los programas más utilizados en el mundo son también los menos pagados.