Por Edwin A. Vegas Gallo
Este Congreso presidido por el acuñista Alejandro Soto, pasará a la historia del Perú, como el responsable de las calamidades, que enfrentarán las generaciones futuras.
El hecho de aprobar la modificación de la Ley Forestal para supuestamente “promover la agricultura en zonas ya deforestadas”, es de total desconocimiento de como funciona el ecosistema amazónico con sus servicios ambientales y lo más grave en contra del PRINCIPIO INTERNACIONAL DE PROHIBICIÓN DEL RETROCESO AMBIENTAL (PIPRA).
Lo real es que existe “un punto de no retorno” relacionado con la devastación de la Amazonía, a la cual hay que agregarle el menoscabo del Congreso de pretender “ampliar la formalización minera del Reinfo”.
Ese “punto de no retorno” indica que si se deforesta por encima del 20%, el bosque amazónico húmedo, por estas leyes marcadamente en contra del PIPRA; aquél entrará inevitablemente en sequedad creciente, como ya lo estamos observando en IQUITOS y otros lugares, transformando la Amazonía húmeda en grandes sabanas (Cerrados) que ya existen en Brasil y África.
El pasado 2021 un informe científico de la Universidad de Florida (EEUU), señaló que esta sabanización será realidad en 2064, con consecuencias dramáticas para todo el Perú, debido a la alteración del ciclo hidrológico, con reducción de lluvias que es el agua que llega de la Amazonía a los territorios andinos y por trasvase al borde costero.
Advertidos estamos los peruanos de esas desinteligencias de los grupos políticos, que con sus decisiones erradas, pretenden hacer agricultura en áreas donde no es recomendable, ni ecológica ni financieramente, agregado al hecho que se empuja a los jóvenes a ser captados por empresas mineras informales que practican minería destructiva, en contra del desarrollo duradero.