Congresistas Daniel Olivares y Alberto de Belaúnde.
La Comisión de Ética del Congreso aprobó por mayoría iniciar una indagación preliminar contra dos parlamentarios del Partido Morado, Daniel Olivares y Alberto de Belaúnde. La denuncia se asumió de oficio y fue sustentada por el presidente de la Comisión, Mariano Yupanqui (Somos Perú) por faltar al artículo 4º del Código de Ética en el caso del primero, y por difundir una lista de desaparecidos falsas durante las protestas de noviembre y por dañar la imagen de la Policía Nacional del Perú y azuzar las protestas, respectivamente.
Algo que ya no sorprende, es la gran tribuna que los programas mediáticos televisivos le dan a estos dos personajes que salieron a protestar furiosos en varias entrevistas, donde siempre culminan airosos (ya sabemos cuál es la consigna de no tocar a estos miembros del oficialismo).
Por su parte, de Belaúnde aseveró que es una denuncia política y lo que hizo en noviembre fue solo cumplir con su deber, porque trató de evitar que las vulneraciones fueran más graves.
Él como es abogado, trató de confundir a la opinión pública y argumentó: “Primero hay que aclarar; el concepto jurídico de desaparecidos es vinculado a personas que en determinado contexto no pueden ser hallados por sus familiares. Incluso, si las personas aparecen luego, no quita su condición de desparecidos y eso está muy claro en el desarrollo jurisprudencial del sistema interamericano de derechos humanos”. Además, añadió que es desconcertante que él sea el único congresista que está siendo investigado y esto en un contexto bastante grave para el país.
Para variar, El Defensor del Pueblo, Walter Gutiérrez lo desmintió y agregó que la Defensoría en aquel tiempo, luego de hacer sus indagaciones y un recorrido por comisarías y otras instituciones durante una semana, emitieron un registro final y un comunicado que concluyó que “no había ninguna persona desaparecida”.
Entre tanto, Daniel Olivares arremetió en otros programas y aseveró que lo están denunciando por una declaración que dio hace 9 meses. El parlamentario se mostró iracundo y añadió: “A los dos que nos aprueben una investigación en Ética suena bien raro, y a mí me ha generado una molestia interna; sentir que en un momento a uno lo llaman todo el día para pedirle camas UCI, o las ollas populares cuando uno tiene que apoyarlas y hacer una cosa y otra, tener que dedicarle tiempo a esto en un momento donde estás trabajando a dos manos, sí cae mal y cae sospechoso de que solamente a los dos congresistas morados se les meta en una investigación y todos los demás casos se archiven”.
Es curioso que Olivares, antes hablaba de marihuana, pero ahora le llama Cannabis, y omite mencionar que la consume desde hace 20 años y en compañía de sus padres. Además, arguye que es demasiado transparente y que solo dice la verdad, e insistió en echarse flores, tanto a él como a de Belaúnde y dijo: “Sorprende que a dos congresistas del partido morado que están chambeando un montón y que están representando a un montón de jóvenes los agarren por esos temas”. “Yo no tengo ni un minuto qué perder, trabajo todo el tiempo” “Yo he sido hipertransparente en un país en el que no estamos acostumbrados a la hipertransparencia”.
El congresista Olivares es un asiduo consumidor de marihuana y tiene todo el derecho de hacerlo durante la esfera de su vida privada; más no, dentro de una sesión virtual del pleno de un parlamento que merece respeto.
¿Acaso un congresista debe debatir proyectos de ley que son de interés público, mientras está marihuaneado? Y no se trata de cucufaterías, ni de rasgarse las vestiduras. Simplemente, en este caso, sí se debe respetar la investidura que una persona lleva como padre de la patria.
Él hizo apología al consumo de la marihuana, por más que ahora lo niegue, porque reveló que la consumía en familia y con sus padres.
Cualquier ciudadano puede realizar lo que se le venga en gana con su vida; sin embargo, el Partido Morado pretende normalizar esta práctica en plena campaña. A ver, por qué no le preguntan a su congresista Olivares ¿Dónde consigue la droga, o quién es el dealer que se la vende? Tomando en cuenta, que está haciendo tratos con personas que delinquen, porque la micro-comercialización de marihuana es ilegal en el Perú.
Por su parte, Alberto de Belaúnde también se hace el ofendido por la investigación que se le abrió en el Congreso, pero omite decir que en el mes de noviembre se convirtió en un creador de fake news, porque en lugar de dedicarse a su labor parlamentaria, se dedicó a fabricar falsas noticias en su red social twitter y nunca tuvo la hidalguía de salir a dar explicaciones por su indecente conducta de confundir a la población peruana con información falsa y como hoy ya está corroborado: Gabriel Rodríguez Medrano jamás fue un desaparecido en las marchas, porque esa persona nunca nació; es decir, fue un invento y el señor de Belaúnde se prestó a ese embuste.
Aquel congresista, hoy indignado, lo único que hizo durante el tiempo de las marchas de noviembre, fue lanzar falsas primicias y sin ningún tipo de corroboración. Su irresponsabilidad para lanzar fake news llegó a niveles insospechados, porque a sabiendas de haber estado al tanto del informe de la Defensoría del Pueblo que descartó de plano la tesis de las supuestas 47 desapariciones en la capital; de Belaúnde continuó en su campaña demoledora contra la Policía y se despachó a sus anchas en su ensimismado y onírico medio de comunicación: el twitter y lo que es peor, nunca se rectificó.
Alberto de Belaúnde y Daniel Olivares en estos momentos se muestran indignados de que el Congreso les haya abierto investigación en la Comisión de Ética, y según el reglamento del Congreso, podrían ser suspendidos hasta por 120 días y sin goce de haberes. Y como ellos son chambeadores, les va a doler muchísimo no chambear y, por ende, dejar de cobrar 4 meses de haberes; no obstante, lo más ético y razonable es reconocer los errores; aunque en el caso de, de Belaúnde, parece que su accionar fue alevoso. Toda persona comete errores; sin embargo, cuando se tratan de escudar con justificaciones vanas, simplemente, pierden todo tipo de credibilidad y eso es lo que ya no tienen aquellos dos congresistas morados.