El Frontón, cerrado en el año 1986, podría recibir a nuevos ‘huéspedes’ en este nuevo siglo. La bancada de Acción Popular (AP), a través del congresista Wilson Soto, presentó un proyecto de ley que propone la reconstrucción e implementación del que fuera el penal de alta seguridad El Frontón, ubicado en la isla del mismo nombre, frente a las costas del Callao, para albergar a delincuentes de alta peligrosidad.
“Declárese de necesidad pública y de interés nacional la reconstrucción e implementación del establecimiento penitenciario de alta seguridad «El Frontón», ubicado en la isla del mismo nombre frente a la costa de la Provincia Constitucional del Callao, para albergar a condenados o procesados por delitos graves y delincuentes alta peligrosidad”, reza el único artículo del proyecto presentado el 2 de junio pasado.
Una disposición transitoria encarga “al Poder Ejecutivo para que, a través del Ministerio de Justicia (Minjus) y Derechos Humanos, y el Instituto Nacional Penitenciario, realicen las acciones correspondientes para materializar la construcción e implementación de la infraestructura del establecimiento penitenciarios de alta seguridad «El Frontón».
En su exposición de motivos, el parlamentario Soto señala que el país vive una crisis de inseguridad ciudadana, con una delincuencia cada vez más avezada y peligrosa, lo que se ve agravada por falta de penales y hacinamiento de los mismo, que dificulta el control y posibilita que los reclusos sigan delinquiendo desde las cárceles.
«La deficiente cantidad de recursos humanos que laboran en condiciones inadecuadas para administrar los penales precarios y en malas condiciones, hace que los internos, lejos de trabajar en su resocialización para recuperarse y reinsertarse a la sociedad terminen cometiendo delitos al interior y desde el interior de los penales».
En ese sentido, refiere que según datos del Instituto Nacional Penitenciario (Inpe), en la actualidad operan un total de 68 penales a nivel nacional registrándose una población de 97 111 internos de los cuales 5,156 — aproximadamente — son mujeres.
En su proyecto, Soto recuerda que, desde su fundación en la primera mitad del siglo pasado, y hasta su cierre en 1986, el penal El Frontón estuvo habilitado para internar a delincuentes de alta peligrosidad.
Esto, porque su ubicación en la isla del mismo nombre, en medio del mar, hacía no solo difícil su acceso, sino prácticamente improbable la fuga de los reclusos, por lo que era propicio para delincuentes de alta peligrosidad.
En ese aspecto, recuerda que en la década de los 80 fueron recluidos ahí los cabecillas de los grupos terroristas.
Señala que su cierre en 1986 se da no por cuestionen penitenciarias, sino porque se produjo el amotinamiento de los presos por terrorismo, que provocó la intervención de la Marina de Guerra, con un saldo de decenas de muertos, “situación que motivo el cierre y destrucción de la infraestructura penitenciara existente en la isla”.