La Dolce Vita. Trabajar frente al mar, con lentes de sol, un daiquiri o un cuba libre a la mano, relajado en una silla, así cualquiera. El congresista fujimorista Hernando ‘Nano’ Guerra García, aquél que dijera que 930 soles es “un montón de dinero”, ahora pasa sus días en alguna playa paradisiaca mientras sesiona virtualmente para la Comisión de Producción Micro y Pequeña Empresa y Cooperativas del Parlamento.
Ayer al mediodía, el congresista Jaime Quito venía presidiendo dicho grupo de trabajo desde la sede del Legislativo, con la participación presencial y virtual de los demás parlamentarios, cuando fue el turno del fujimorista Nano Guerra quien se olvidó de apagar su cámara, revelándose que se encontraba sesionando desde algún placentero lugar, alejado del bullicio de la ciudad.
Lo que pudieron captar las cámaras en vivo fue a un Guerra García en lo que parecía ser una playa, sin polo, con lentes, sombrero, en un ambiente veraniego. Las críticas por atender su trabajo de congresista de esa manera fueron varias.
Más temprano, el parlamentario ejerció su voto desde la playa en la Subcomisión de Acusaciones Constitucionales. Guerra García votó a favor de que se rechace la reconsideración de que se archive la denuncia contra el expresidente Manuel Merino.
Hasta el momento el legislador no se ha pronunciado en sus redes sociales sobre este incidente. Los últimos tuits de este lunes fueron a manera de crítica contra el presidente Pedro Castillo por no responder ante la Comisión de Fiscalización.
“Nuevamente le mientes al Perú entero, a pesar de que lo prometiste en tus consejos descentralizados. Te corriste en campaña y hoy te corres de la justicia. Hace un año te lo decíamos y hoy te lo repetimos: ¡No te corras Pedro, no te corras!”, escribió.
Guerra García también escribió el viernes pasado desde Tacna, a donde llegó para exponer sobre el retorno a la bicameralidad en una audiencia descentralizada de la Comisión de Constitución y Reglamento del Congreso.
Con este tipo de actitudes es más que comprensible que el ciudadano de pie, o “el pueblo”, que dice defender el mandatario, se encuentra harto de nuestras autoridades políticas, pues resulta una bofetada a la realidad que viene viviendo el país. Congresistas fiesteros, que no durante la época de cuarentena no respetaron las medidas de bioseguridad organizando fiestas, ex ministros parranderos, y un presidente de la República que hace oídos sordos, es solo una postal del poco interés que se tiene por querer mejorar las cosas.