La casa de los tontos. Durante los últimos decenios el Congreso de la República se ha convertido en cualquier otra cosa menos un lugar donde se debatían, con sólidos argumentos, leyes o modificatorias de ley, para solamente escuchar insultos, gritos, y presenciar uno que otro puñetazo cobarde, así como de enterarnos que se permitía el ingreso de señoritas de dudosa reputación, las mismas que no cuentan con los requisitos indispensables. En otras palabras, un turbio lupanar.
Preocupados más por fomentar la ‘Semana del King Kong’ o el día de la papa rellena, estos ‘padres de la Patria’ cada semana nos sorprenden negativamente con cada propuesta, ya sea promoviendo la creación de más universidades de cartón, o presentando proyectos que tienen como título los beneficios de la IA, pero que en su contenido se lee sobre las ollas comunes.
El congresista no agrupado Edwin Martínez, aquel que le diera trabajo a una chica que hasta hace poco subía fotos y videos en Only Fans solamente por tener un “buen corazón”, ahora ha salido a sugerir que “nuestros asesinos asesinen a esos malditos (extranjeros)”.
“Nos matan o los matamos, ya no hay que ser tibios. (…) Exhortar al Ejecutivo que de una vez deporte a todos los extranjeros ilegales. Ilegalidad es sicariato, es delincuencia, es asesino, es violador. No merecen estar en nuestro país (…) Ojalá que nuestros asesinos los asesinen a esos malditos y no los dejen seguir asesinando al pueblo”, añadió el parlamentario sin precisar quiénes eran “nuestros asesinos”, si los efectivos del orden (Policía y Ejército) u otros delincuentes de nacionalidad peruana.
Ante ello, no resulta para nada jalado de los pelos incluir un nuevo requisito para ser congresista, y sería el realizarles un examen psicológico antes de iniciarse cada periodo legislativo.