Por Edwin A. Vegas Gallo
Muy tarde pero muy tarde, la ministra de la Producción Ana María Choquehuanca, con su segunda a bordo, la vice de Pesca Úrsula Desilú León Chepén, ha dado por concluida la segunda temporada de pesca de anchoveta que empezó el 21 de octubre pasado, con una cuota asignada de 1´682 mil toneladas.
Esta decisión política tardía e insostenible, se ha tomado en función del informe IMARPE sobre la inminente actividad reproductiva del recurso, señalando asimismo que este ahora desprestigiado ente científico, está comprometido en esta barbarie ecológica de pesca indiscriminada.
La temporada ha terminado a “regañadientes político-empresarial”, más por impulso de los propios pescadores que con su sabiduría empírica la han propiciado, siendo conscientes del daño que políticas públicas sin análisis serio le hacen a su sustento.
En avance nacional a la fecha se han capturado 1´233,288 toneladas (73%). Desde el primer día de la temporada norte-centro el stock poblacional pescado, ha sido conformado por población juvenil, no existiendo capturas mayores a 12 centímetros que es la talla mínima legal e inclusive en el Congreso hay pendiente una iniciativa para disminuir esa talla y legalizar lo indebido.
Lo cierto es que PRODUCE con su alfil IMARPE y Sociedad Nacional de Pesquería, deben sincerar la captura real de la población juvenil habida cuenta, que no consideran para nada los “amallamientos” de ella en los lances de captura.
Mis respetos a los pescadores en su lucha por la conservación del recurso, evitando su vulnerabilidad irreversible, ante la indiferencia de la academia y de los Colegios Profesionales.