Urge en la sociedad que las voces ciudadanas se manifiesten en contra de la infodemia, un mal que a raíz de la cuarentena por el virus #covid-19, la Organización Mundial de la Salud (OMS) catalogó como la crisis de la #desinformación.
Esta crisis ha logrado que millones de ciudadanos en diferentes partes del mundo sean afectados de manera considerable, en muchos casos llegando a la pobreza, enfrentamiento y hasta la muerte.
El claro ejemplo está en las redes sociales y el internet donde prolifera distintas noticias falsas o fake news, pero esto no solamente afecta a los ciudadanos en temas de salud sino también daña a la sociedad con enfrentamientos sociales.
En nuestro país la campaña electoral se vio bombardeada por la desinformación, sin embargo un caso extraño fue que la mayoría de éstas no fueron generadas por grupos de trolls en internet sino por los mismos medios de comunicación que tienen más posicionamiento en el mercado.
Lo que hemos visto en esta lid electoral ha sido una cruenta y descarnada arremetida de las empresas de comunicación que utilizan el periodismo como herramienta para infundir terror en la población.
La gran polarización fue generada sin justificación por las grandes empresas periodísticas y no sólo a través de las redes sociales, el internet, WhatsApp y los avisos publicitarios, sino que en regresión al decenio fujimorista de los 90′, utilizan los canales de televisión en señal abierta y el 80% de los diarios de circulación nacional, para arremeter con desinformación escandalosa amarillista que agudiza aún más el ágora popular.
A esta crisis del periodismo se suma el despido de comunicadores de algunos programas televisivos por el simple hecho de no claudicar su ética profesional, que les impide parcializarse por uno u otra posición política.
Estos comunicadores que fueron expectorados de estos medios de comunicación, por no sumarse a esta campaña de terror, fueron respaldados por la Asociación Nacional de Periodistas (ANP), el Colegio de Periodistas del Perú (CPP), la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) y la Federación Peruana de Periodismo (FPP).
Sin embargo aún existe una gran brecha entre qué deberían hacer las instituciones para detener la abusiva difusión masiva de desinformación en los medios de comunicación que tienen más llegada a la población.
Al respecto el Consejo de la Prensa Peruana (CPP) refiere de que estas instituciones sólo pueden observar las infracciones que suceden a la Ley de Prensa de Perú promulgada en1993, más no hacer una denuncia. Asegura que el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (MTC) es el encargado de sancionar sobre la infracción y a través de ellos se ejerce multas mayores a una UIT (Unidad Impositiva Tributaria) contra la empresa que cometa esta en infracción.
Pero ¿quién es el encargado entonces de denunciar el mal ejercicio del periodismo en los medios de comunicación? La respuesta recae en la sociedad civil.
Para que se pueda sancionar a estos medios de comunicación que no cumplen las normativas de ley, se necesita una institución más comprometida con el periodismo que con los periodistas. Ésta debe llamar a la ciudadanía a denunciar ante el MTC, y ésta debe sancionar y exhortar a que estas empresas cumplan con la ley en beneficio de la sociedad.
La sociedad civil deberá ser la encargada de vigilar las acciones de los medios de comunicación escrito, televisivo, radial e internet.
Al respecto las instituciones que defienden el periodismo deberían apostar por invertir en tecnología e inteligencia artificial para ayudar a los periodistas que realizan Fact-checking a que cumplan con la labor de combatir la desinformación.
En países de Europa, Asia, Indonesia y Estados Unidos la inteligencia artificial se viene utilizando de manera considerable para el desarrollo de tecnologías que ayuden a combatir la desinformación.
En nuestro país ya existen plataformas dedicadas al análisis de la información emitida por los medios de comunicación, esto se hace a través del Fact-checking. Inclusive están en construcción aplicaciones digitales que utilizan machine-learning e inteligencia artificial para combatir la desinformación con algoritmos de búsqueda y retroalimentación.
En el Perú, ante la falta de credibilidad de los periodistas que dirigen y son rostros de los medios de comunicación que emiten desinformación y terrorismo mediático las 24 horas del día, queda en la sociedad civil la responsabilidad de denunciar estos hechos. Sut’ita rimay, frase en idioma quechua que traducido al español es «decir la verdad», resulta fundamental no solo para ayudar a nuestra sociedad sino también al periodismo.