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Comando Matico: El alivio viene de la selva

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La muerte lo rondaba. Los rezos de familiares, la preocupación de la esposa. El lamento de los amigos y la partida de su gente rodeaba a Alexander Shimpukat Soria, en su casa de Pucallpa.  Con una mezcla de suerte y fuerza, Shimpu, como lo conocen sus amigos, empezó a mejorar.

Luego de sus días de dolor, y aún convaleciente, Shimpu supo de la muerte de más shipibos que, como él habían sido infectados, pero que no tuvieron la suerte de recuperarse. Entonces, decidió que quedarse en la queja y el dolor propio, no aliviaría en nada la situación de sus hermanos.

Armado con el valor de la gente que ama a su pueblo, Shimpu buscó a sus amigos, artistas como él, activistas, profesores bilingües, cineastas, comunicadores indígenas y conocedores de medicina tradicional, y juntos se lanzaron, armados con pañuelos y ciertamente mucha osadía, a aliviar a sus paisanos de Ucayali. Nació así el Comando Matico Covid.

Shimpu nos contó que el usó el consejo de un sabio Shipibo que usa el matico para aliviar los malestares de la gripe y los pulmones. El mismo la usó en su tratamiento y, aunque sabe que esa no es una cura, ciertamente puede ayudar a despejar las vías respiratorias y a aliviar los problemas de esta penosa enfermedad.

El punto que marcó su valiente decisión fue la muerte de uno de los mayores líderes shipibos de las últimas décadas, el Alcalde de Masisea, Silvio Valles, por COVID. Silvio era un personaje muy querido entre los shipibos y simbolizaba al shipibo que trasciende y asciende, llevando a su pueblo al desarrollo.

En su primera salida, fueron a casas de amigos, de familiares, llevando juntos hojas de matico, cebollas, kion, ajos y otras hierbas para que los paisanos que no pueden acceder a medicamentos, tengan al menos una opción para aliviar sus dolores. Las hojas del matico, conocido en la selva también como cordoncillo (Piper sp.) es una planta muy común en las chacras. Crece silvestre sin mayor cuidado. En algunas zonas abunda, pero cuidado, hay decenas de variedades, y no es la misma planta que se consume en otros países con el mismo nombre.

La respuesta de los shipibos fue enorme. Juntaban sus hierbas, las secaban para hacer sus vaporizaciones, y esperaban al Comando como quien espera a médicos distinguidos. Shimpu y el Comando Matico llevan información a la gente de las comunidades, les reiteran de la necesidad de aislarse, de no automedicarse, pero sobre todo, calman a las familias tranquilizándolas hablándoles en su idioma, mientras las animan a las vaporizaciones y los jarabes de kion y cebollas.

Unas semanas luego de iniciar sus labores, su fama empezó a crecer. La gente los llamaba para que vayan a visitarlos.  Algunos amigos, admirados de su labor voluntaria, les obsequiaron mascarillas e incluso unos trajes de protección, que ahora usan para visitar las zonas donde el virus y el dengue cobran vidas a diario.

Hace unos días, el Comando Covid envió a Cantagallo, la comunidad de shipibos asentada en Lima, un cargamento de 50 kilos de matico, secado al sol. “Hemos hablado con nuestros hermanos. Están si apoyo, sin nuestros sabios, la gente se enferma. No podemos dejarlos abandonados”.

Hasta hoy, 65 días luego de iniciado el estado de emergencia, la carencia de una estrategia para abordar la pandemia en las comunidades nativas cuesta la vida de indígenas, quienes sienten como siempre, el más profundo abandono de parte de los Gobiernos Regionales y el Estado.  El Comando Matico no se queda quieto. Como dicen los asháninka de selva central, resistir para vivir y vivir para resistir.

Todo apoyo para este valiente grupo de voluntarios es bienvenido. Pueden comunicarse con Alexander Shimpukat al +51 959 993 690.  El Comando Matico y las comunidades de Ucayali lo agradecerán.  Irake (gracias).

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