Nadie lo esperaba, las encuestas decían lo contrario, pero finalmente el NO ganó en Colombia. Colombia le dijo NO a la Paz en una actitud propia del Realismo Mágico. Le dijo NO a 4 años de negociaciones. El shock es internacional y sus efectos (yo mismo me siento como si estuviera en una serie de NETFLIX) hasta podrían llegar a EE.UU. y estimular el discurso del mismo Trump en detrimento del discurso oficial del gobierno demócrata que apoyó estas negociaciones. La incertidumbre en los medios de comunicación y los políticos es enorme. Nadie planteó escenarios para este caso. ¿Qué sucederá con la guerrilla? ¿Qué sucederá con Santos?
Para sorpresa de todo el mundo hoy ganó el NO en Colombia. El estupor se vivió en las redes sociales donde la noticia corrió como reguero de pólvora. Todos apostábamos, incluido yo, en que ganaría el SÍ, como demostraban las encuestas (algunas le daban hasta el 60% al SÍ) pero hoy hemos visto que nadie puede saber el futuro cuando de llamar al pueblo Se trata. A pesar de toda la ola internacional a favor del SÍ, este fue superado en corto margen, en especial en las provincias que justamente fueron las directamente afectadas por la guerrilla.
Una consecuencia de este sorpresivo revés electoral, que repito nadie, nadie, NADIE esperaba es que hasta yo mismo he tenido que ponerme a escribir otra nota. Yo ya tenía armada mi nota sobre el triunfo del SÍ, la había armado con una semana de antelación, y ahora así como así un flash informativo me obliga a escribir sobre caliente lo último acaecido y reescribirlo todo. En Colombia la incertidumbre es mayor, nadie sabe que pasará con el alto al fuego ni que hará la guerrilla.
COLOMBIA Y EL REALISMO MÁGICO POLÍTICO
La postura de Uribe de apoyar el NO, de cerrarse a los acuerdos de paz que podrían haber acabado con un conflicto de 52 años, había sido condenado internacionalmente por toda la intelligentsia mundial, y sin embargo su férrea voluntad y apuesta al NO consagran a Uribe como el gran vencedor de esta jornada.
Aquí perdieron las FARC y el presidente Santos, y vuelve con mayor vigor Uribe y su partido de Centro Democrático. La derecha más dura y salvaje se envalentona y recobra su fuerza en la tierra de Escobar. Y es que en Hispanoamérica nada está dicho, a veces incluso ocurre que las posturas quijotescas como la de Uribe, de ser firme en su postura de combatir a la guerrilla y no negociar, pueden triunfar y cual Aureliano Buendía, llevar a todo su Macondo de vuelta al corazón del huracán.
No diré como muchos periodistas internacionales vinieron repitiendo al unísono las diatribas y condenas a Uribe. Esos periodistas han sido anatemizados hoy mismo por la voluntad general del pueblo colombiano. Soy de derechas y admiro a Uribe, pero sobre todo estimo la firmeza de su voluntad de mantenerse coherente en su postura pasara lo que pasara, esta victoria es toda suya. Y se la merece. La Guerra es su apuesta y en guerra Colombia decidió continuar. Un panorama que escapa a toda lógica formal.
LAS ENCUESTAS, EL FACTOR CÚCUTA Y EL ABSTENCIONISMO
La frase yo no quiero que terminemos como Venezuela, fue el slogan más común en la campaña del NO en Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con dicho país.
En las zonas urbanas triunfo el SÍ fue de lejos, en Bogotá llegó hasta 60%, sus votantes en su mayoría eran jóvenes, sin embargo donde se decidió desde temprano el triunfo fue en las provincias, en especial en las zonas rurales directamente afectadas por el conflicto, estas zonas eran zonas de injerencia directa de las FARC donde el daño fue más directo y el recuerdo más profundo.
Además, hemos de ver el panorama previo, en la campaña el uribismo en especial incentivó una propaganda de miedo, señalando el riesgo de venezolanizar Colombia si triunfaba el SÍ, ya que significaría que las FARC tuviesen representación parlamentaria. Para muchos la idea de ver a Timochenko de diputado era aterradora, algunos creían la posibilidad de verle como presidente incluso. Esto bastó lo suficiente para movilizar a los votantes que se fueron con el NO. En especial fue fuerte en ciudades fronterizas con Venezuela, como Cúcuta que ven la realidad del desastre económico venezolano y temen cualquier contagio político de ese país. En Cúcuta el voto del NO llego al 63% mientras el SI solo a 36%.
A pesar de la larga ventaja señalada por las encuestadoras al SI, todo daba pensar que el NO, no tendría oportunidad. Ahora las encestadora han quedado desacreditadas y muchos se preguntan hasta donde llega su margen de acierto. Hay que señalar que en Colombia las elecciones son de carácter voluntario. No hay multas, así que lo más importante no se trata de por quién uno querría votar sino que tan dispuesto esta de ir a votar. El Uribismo con su propaganda de miedo movió más gente a las urnas que el carnavalesco y muchas veces triunfalista campaña del SI. La abstención en estas elecciones ha llegado hasta el 60%, una cifra record de total indiferencia a este proceso de paz, como si a los colombianos, acostumbrados a la guerra, no les fuera concebible seriamente una paz real. Más de la mitad del país no quiso saber de esta paz general, y fue una minoría la que la ganó frente a otra minoría que buscaba la solución. En la tierra del realismo mágico las victorias al alcance de la mano se ven desvanecidas apenas las tocas.
Dar el poder político a la guerrilla tampoco sentó bien a muchos, que silenciosamente decidieron el futuro de Colombia, que más que futuro es continuidad, Colombia históricamente ahora es un espejo de sí misma, donde su futuro y pasado son lo mismo. Colombia es el verde trono de Marte con aroma a cadáver y café.
POR QUÉ EL NO
Por el triunfalismo adelantado de Santos y todos los políticamente correctos que dieron excesiva cobertura en los medios a los que abogaban por la PAZ, y dejaron de lado a la justicia y a sus críticos (en especial diarios internacionales como El País de España); Por el miedo a Venezuela y su desastre económico; por el voto voluntario y esa dejadez que te dice que no vale la pena ir a votar por una abstracción llamada paz; por el descuido de Santos a los problemas internos del país (paros agrícolas todos los años); porque en fin, es Colombia, que esperábamos.
Y AHORA QUÉ
Ni el mismo Santos lo sabe.
Todo su capital político se lo aposto en este proceso, le quedan dos años de gobierno y su gobernabilidad ha sido seriamente puesta en duda. Como nadie fue lo suficientemente responsable para pensar en el posible escenario del triunfo del No es que nos encontramos en una situación para la que no se planteo un protocolo. ¿Acaso existe un protocolo para las FARC para que vuelvan al monte? Todos sus guerrilleros, los del frente 49, el 58, el del frente 37, etc. están en campamentos de desmovilización, se supone que mañana estarían haciendo entregas de las armas a los cascos azules y reintegrándose a la vida civil, ahora no saben que pasara. Gente en incertidumbre y con armas, eso es demasiado peligroso.
El comando conjunto de las fuerzas armadas colombianas está en una situación semejante, con un enemigo concentrado y vulnerable y sin poder hacer nada a sabiendas de que la guerra se reanudara en cualquier momento, es un panorama político catastrófico que marcara un precedente en la Historia Universal. Ya el gobierno colombiano había asegurado que no volvería a sentarse a negociar un acuerdo, ahora le queda decidir qué hacer. El alto al fuego concluye en unas horas. Santos necesita un milagro y Uribe solo un muerto más para retomar su ascenso al poder al que todos creíamos sepultado en las páginas de la historia. En verdad Colombia sabe de enterrar vivos y resucitar muertos, en verdad Colombia es Colombia.