Por primera vez el nombre del mítico Palais Concert llegó a los predios de la FIL. En el auditorio César Vallejo la gente no dejaba de ingresar para ser testigo de una memoria que se resiste a olvidar esa confitería-café que hoy funciona como una tienda por departamentos.
La Red del Patrimonio Cultural se dispuso a presentar el libro “I Concurso de Cuentos Salvemos el Palais Concert”, a cargo de Daniel Oporto (Red del Patrimonio Cultural), Gonzalo Torres (programa A la vuelta de la esquina), Eduardo Reyme (editor del libro), Silvia de los Ríos (urbanista), y el poeta y académico (que acaba de ser homenajeado en la FIL) Marco Martos.
Reyme inició la presentación, recordando su primera experiencia como admirador de la Red y su activismo cívico en defensa de los patrimonios culturales, entonces decidió asistir al 1er Conversatorio organizado por el colectivo en la Casa de la Literatura.
Así fue que, luego de su simpatía con las actividades de la Red, en el 2012 se enteró de la convocatoria para un concurso de cuentos que pretendía, y pretende inmortalizar la memoria de la también conocida como la casa Barragán. Y entonces envió un cuento, y luego de una larga deliberación del jurado, compuesto por May Rivas de la Vega, Selenco Vega, y José Güich Rodríguez, el suyo salió entre los ganadores, es así que Reyme además de lucirse como uno de los autores, también ejerció la labor de editor a través de su sello Vivir sin enterarse.
Seguidamente, Daniel Oporto en una lucida intervención habló sobre la labor de la Red, y del día de su creación, el 11 de mayo del 2011, a raíz de una inminente destrucción de las instalaciones del Palais Concert, de parte de la empresa privada. De esa forma, la firma Ripley en el año 2010 presentó un proyecto para realizar una tienda en dicho predio, pero inicialmente fue rechazado por la comuna limeña, pero al poco tiempo, y extrañamente, envió un siguiente proyecto, y de manera sigilosa, y sin autorización expresa, Ripley empezó a realizar trabajos internos durante las horas de madrugada, y sin fiscalización alguna.
Oporto concluye agradeciendo a los cuatro mil activistas que siguen a la Red a través de las redes sociales, y refirió que la cultura es el único testimonio de nuestra historia, por ello la conservación del Palais Concert deberá ser siempre fundamental para los limeños.
Silvia de los Ríos, inició su discurso agradeciendo únicamente a Miguel Vidal y Augusto Carhuayo como gestores del libro de cuentos. Y parafraseó la famosa frase atribuida a Abraham Valdelomar: “El Perú es Lima, Lima es el jirón de la Unión, el jirón de la Unión es el Palais Concert, y el Palais Concert soy yo…”
El Palais Concert es la arquitectura de la memoria edificada, y hoy a sus cien años de su edificación está condenada al comercio, y todo por una mala concepción del manejo del desarrollo, y con meros embajadores del espectáculo, como la franquicia Ripley. Salvar el Palais Concert ahora depende de las gestiones públicas que se avasallan ante los grupos comerciales, añadió la urbanista de los Ríos.
Y en un intervalo sorpresivo, se apareció cerca de la mesa de los presentadores, un Abraham Valdelomar con traje de verano y sombrero clásico, para agradecerles el gesto de rememorar su historia ligada al del Palais Concert; sin duda una grata performance organizada por la Red del Patrimonio Cultural.
Gonzalo Torres, prefirió contar algunas anécdotas que tenían que ver con el compromiso de conservación de los distintos predios de Lima. Como lo que le sucedió en el Callao siete años atrás, en que se adentró en una de sus bravas calles, cuyas calzadas, por cierto, se hallaban empedradas, y que aún no habían sido invadidas por el asfalto, pero que a la vuelta de la esquina (por coincidencia así se llama su programa televisivo), le salió un faite, y le sacó pistola y le dejó limpio de pertenencias. O como la vez que le tocó grabar en la que había sido la casa del plebeyo Felipe Pinglo, allí en los Barrios Altos, y que también dos facinerosos le increparon a viva voz, su acción de registrar la fachada de la casa con su cámara.
Lo que Gonzalo Torres quiso explicar al público con respecto a esas anécdotas, es que la mayoría de la gente no conoce el antiguo origen de muchos lugares de Lima, que de hecho tienen una historia guardada. A diferencia de cuando se paró a tomar fotos frente a la Plaza del Cercado, y la gente se le acercaba para contarle algunos datos sobre el lugar. Era gente que definitivamente conocía su pasado y memoria. Y en el tema de patrimonio cultural, afirmó que éste tiene muchas aristas, entre ellas, la defensa del mismo, además del tema de su debida difusión, en la que aludió el famoso cliché: “Nadie ama lo que no conoce”, por ello la importancia de difundirla a través de su programa.
Iniciativas como Salvemos el Palais Concert nos devuelve esa autoridad y poder colectivo que nos hace más fuertes como sociedad, es por ello que el libro de cuentos nos lleva, y nos recrea lo que fue este espacio que desde hace mucho tiempo debió ser adquirido por la Municipalidad Metropolitana de Lima; añadió Torres.
Para cerrar el evento, el académico, y representante de la generación del 60 Marco Martos, contó al público la cercanía que él tuvo con el Palais Concert, desde épocas en que era galerías Lafayette (al igual que la ciudad de París), recordando también el hotel Richmond, y las famosas camisas Anchor que se vendían en sus tiendas. Aunque no dejó de agradecer a Luis Alberto Sánchez que escribió sobrecogedoramente sobre el Palais, y que a su vez le hablaba siempre de los sucesos que albergaba el lugar.
Como la frecuente estancia del Conde de Lemos (Abraham Valdelomar) en sus instalaciones, y que luego de haber retornado de Italia, volvió al jirón de la Unión, elegantemente vestido, con escarpines, y portando monóculo, con la mera intención de provocar a la intelectualidad limeña.
El autor de Carpe Diem, no dejó de evocar a Federico More; periodista de la época que manejaba una pluma increíble, y que cuyos artículos eran redactados al instante, ya que eventualmente cuando los editores le pedían: –Federico, escríbete un articulo— él solamente preguntaba: –¿A favor, o en contra?—
Martos trajo el recuerdo de esa, y otras anécdotas a un público que se mostró atento desde el principio; no sin antes saludar a los escritores ganadores (Elena Marqués, Stuart Flores y Eduardo Reyme), locales y extranjeros que han participado en el libro.
Al término de la presentación conversamos brevemente con el catedrático Marco Martos:
– ¿Cuál fue la razón fundamental para que usted haya aceptado ser parte de la mesa de la presentación de un libro que rememora al Palais Concert?
Yo desde hace algún tiempo tengo vinculo con la Red del Patrimonio Cultural, y hemos intercambiado opiniones, y luego vine muy gustoso porque me parece una causa justa.
– Usted también mencionó que tuvo experiencias con el Palais Concert por intermedio de amigos como Luis Alberto Sánchez.
En realidad fue mi padre el que me contó todo eso. Mi padre nació en el año de 1904, así que alcanzó ver el Palais Concert que duró hasta 1940 exactamente, porque después fue cerrado; pero él alguna vez asistió allí. Y por Luis Alberto Sánchez, es más bien, a través de su libro “Valdelomar o la Belle Epoque” que yo leí digamos con mucho cuidado, pues leer a Luis Alberto Sánchez daba la impresión de haber estado allí.
– Usted ha tenido mucha actividad en esta 18 Feria, además de ser homenajeado. Aunque muchos seguidores han cuestionado reconocimientos inmerecidos, pero con usted están más que gratificados.
Solo espero que no me toque a mí esas protestas (risas). Mira, en realidad yo estoy muy agradecido, y para mí es algo insólito, porque yo he hecho muchos homenajes permanentemente a escritores que lo merecen; pero ahora es la primera vez que me encuentro en la otra situación, y eso es insólito digamos, una experiencia muy rara para mí, y trataré entonces de estar calmado.
– Profesor, para terminar ¿Qué proyectos a futuro?
Bueno, yo siempre estoy planeando cosas. Ahora probablemente a fin de año la editorial san Marcos publique mis ensayos completos, que en realidad no pensé que los iba a ver pronto; porque yo publico muchos artículos en revistas, y es la primera vez que se van a recopilar, y ese libro que tú tienes (En las fronteras de la poesía) es como una especie de adelanto.