Una profunda y sorprendente película de Sebastián Lelio
Escribe Luis Felipe Alpaca
Sebastián Lelio es un director que nació en argentina pero que se nacionalizó chileno, y esta vez nos presenta su última película “Gloria”, que a diferencia de El año del Tigre (una fallida recreación del terremoto que sufrió Chile en febrero de 2010), se reivindica con los cinéfilos que ya habían experimentado con La sagrada familia (2006) y Navidad (2009).
Hoy el cine chileno se sitúa como uno de los más logrados de la región en los últimos años. Y Gloria no es la excepción, al ser una de las películas más deliciosas que compite hoy en el festival, por su tratamiento acertado de las relaciones interpersonales entre las personas que hoy se consideran como vetustas en sus diferentes contextos. Y nos retrata la historia de una mujer de 58 años que se resiste al convencionalismo establecido por una sociedad hipócrita y cerrada.
La sonrisa, pese al constante acoso del desaliento, cobra un papel muy importante en este personaje que con la cabeza muy en alto nos inyecta a los espectadores, esa vitalidad escondida, y el compromiso de ser libres pese a las restricciones sociales.
El guión de Lelio (sin duda fue inspirado en su madre) resulta acertadamente ceñido a la soberbia actuación de una Paulina García, comprometida con su causa de respirar la emoción, el vértigo, y la sensación de amar incondicionalmente. Incluso con escenas tan candentes como para jalar de las orejas a los más recalcitrantes conservadores.
Su partner en la actuación es el experimentado actor Sergio Hernández (Rodolfo), que anteriormente ya ha sido dirigido por Lelio; y que hoy cumple innegablemente con las expectativas de un personaje obsesionado y dependiente emocionalmente.
La sexualidad, ha sido tocada por el director con absolutos rasgos de verosimilitud que hacen aún más sólido el discurso del drama.
Con una fotografía excelente, y una banda sonora tan apropiada a los avatares de la protagonista (con un evocador “Eres” de Massiel y el legendario “Gloria” de Umberto Tozzi), esta película que fue acertadamente financiada por el Fondo de Fomento Audiovisual, y la empresa privada; sin duda, se encuentra entre las favoritas para ganar el festival.
No por algo, ganó el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, con el premio Cine en Construcción a la mejor película extranjera; y el no menos prestigioso Oso de Plata en el Berlinale 2013, por la mejor interpretación femenina; además de Mejor película por el Jurado Ecuménico.