Por Edwin A. Vegas Gallo
El indecible ministro de Educación Morgan Quero, tratando de explicar, la inexplicable disposición del Ejecutivo, de dejar sin clases presenciales, en tiempo de APEC, a los estudiantes de nivel primaria, secundaria y superior; muy suelto de huesos señaló que las “clases virtuales son diferentes a las clases remotas” y encima se refiere al “éxito de la educación peruana reconocida en la pasada Cumbre de Ministros de Educación en Fortaleza-Brasil”.
Vale decir, este funcionario ministerial que minimizó y normalizó las violaciones sexuales de las niñas de las etnias awajún y wampis, atribuyéndolas como “prácticas culturales”, en un acto de pura discriminación y racismo; no sabe ni donde está parado y no se entiende a santo de qué, la presidenta Boluarte lo mantiene en su cargo.
Referente a la cumbre ministerial de Educación en Fortaleza Brasil, patrocinada por la UNESCO, el tema central fue el seguimiento de la educación en el mundo 2024/5, sobre liderazgo para la educación, en la que se mide el progreso para conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible ODS al 2030 y en particular la estrategia PERÚ para cumplir con el ODS 4 referido a la educación en todos los niveles.
Lamentablemente el ministro Quero, mal entiende el liderazgo en política pública educacional y lo asocia con su rol de consejero presidencial rayando en la sumisión del “síndrome de la franela”, que le permita mantenerse en el cargo, en la antítesis del concepto liderazgo concertado en dicha Cumbre, entendido como “un proceso de influencia social que hace que los demás den el máximo de sí, en favor de la consecución de un objetivo”.
Morgan Quero con su “síndrome de la franela”, carece de méritos cognitivos y éticos, para ejercer un liderazgo efectivo a favor de la educación peruana.