Desde 1996 hasta la actualidad se ha venido desarrollando en nuestro país un importante movimiento cinematográfico que es casi ignorado en la capital.
Este cine, llamado “regional”, ha producido entre 1996 y 2016, fuera de Lima Metropolitana y Callao, 234 películas de más de 45 minutos. Una de las regiones de mayor producción es Junín con 40 largometrajes y numerosos cortos.
Se trata de un cine de bajo presupuesto cuya aparición ha sido posible gracias al abaratamiento de la tecnología digital; aborda muchos géneros y estilos, y registra paisajes, tradiciones y vivencias regionales desde ópticas propias.
Si bien afronta carencias técnicas y necesidades de diversa índole, su producción no ha disminuido en los últimos años; por el contrario, ha aumentado, pese a la competencia de la producción internacional difundida en los multicines.
En estas circunstancias es de celebrar la aparición del libro de Wari O. Gálvez Rivas, «Cines de Cuaderno. Cinemas y realizadores en un punto de la sierra central: Huancayo 1911-2016», pues nos recuerda que la historia del cine peruano no es solo la del cine limeño, y recupera experiencias valiosas que pueden servir a los nuevos cineastas huancaínos para consolidar su oficio y darle trascendencia. Contribuye a evitar lo que parece una condena en nuestros países: el eterno comienzo, y la repetición de errores por el desconocimiento que se tiene de las prácticas y logros del pasado.
«Cines de Cuaderno» demuestra la existencia de una tradición cinematográfica en la región central del país. Comprende el estudio del negocio cinematográfico y las salas de exhibición en Huancayo, el rescate de la memoria de los realizadores pioneros, y testimonios de la afición al cine en la ciudad. Constituye un aporte a la historia de la cultura y el espectáculo en Huancayo, y del país en general; y es un texto ejemplar para estudiosos de otras ciudades y regiones del Perú que deseen realizar obras de mérito semejante, que tanto necesitamos.
Gálvez Rivas vincula en este libro el desarrollo del negocio cinematográfico y la construcción de las salas con las transformaciones sociales, económicas y culturales de la ciudad, estableciendo así también una pauta para el análisis del actual fenómeno cinematográfico en Huancayo, donde los multicines no dan cabida aún a la producción local, la mayoría de los nuevos cineastas huancaínos provienen de familias migrantes que enriquecen la variedad cultural de la ciudad, y el público tiene diversas formas de consumo audiovisual y nuevos gustos cinematográficos formados en el cine comercial de género, sin que por ello haya abandonado del todo el saber y el disfrute de narrativas y relatos tradicionales.
Como buen texto de historia, «Cines de Cuaderno. Cinemas y realizadores en un punto de la sierra central: Huancayo 1911-2016» recupera el pasado para explicarnos el presente y nos da herramientas para planificar al futuro. Proyecta también la luz de una utopía fundamental: la de la existencia de un cine de calidad, a la vez popular y masivo.