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Cineplanet sabotea el estreno de la película peruana «El espacio entre las cosas»

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«CINEPLANET SABOTEA EL PRODUCTO PERUANO»

COMUNICADO

Cancelación de funciones de “El espacio entre las cosas”

Escriben Cyntia Inamine y Raúl del Busto

«La conocida cadena de multicines Cineplanet sorprendió con su nueva estrategia de saboteo. ¿Qué hacer con las películas peruanas? Se habrán preguntado los señores de traje y corbata, pues no tuvieron mejor idea que cancelar las funciones del estreno de la película “El espacio entre las cosas” del cineasta peruano Raúl del Busto. Cómo lo hicieron, pues colocando un letrero que indica que por temas de mantenimiento de urgencia la película se cancela.

¿Qué fácil no? Pues lo que creyeron que iba pasar piola, ha causado gran indignación no solo en el director y la producción de la película, sino también en las redes sociales.

En el siguiente comunicado se trata punto por punto como viene siendo maltratada la película peruana.»

COMUNICADO

Vergonzoso acontecimiento sucedido ayer sábado 21 en el Cineplanet Alcázar:todas las funciones de nuestra película “El espacio entre las cosas” fueron canceladas sin mayor explicación.

Con esta unilateral decisión, al menos tres funciones se vieron perjudicadas, sin contar que a muchos espectadores se les indicó que la película no iba a ser proyectada durante todo el fin de semana. Solo nuestras constantes llamadas a Cineplanet y la presión en redes desde nuestra página de Facebook hicieron posible que la empresa retrocediera en su decisión y reanudara las funciones.

Sabíamos que el estreno de esta película iba a tener varias complejidades, sea por la propuesta no-narrativa de la obra, sea por haber tomado la decisión de distribuirla por nosotros mismos. Sin embargo, no esperábamos que el mayor boicot iba a surgir de la propia sala de cine.

Con eso se completa una cadena de inexplicables actos por parte de Cineplanet que compartimos aquí para que esto no vuelva a suceder con otros cineastas peruanos en el futuro, cineastas que se acercarán con ilusión a las compañías exhibidoras con la única intención de estrenar su película y encontrar su público pero que podrían recibir, como nosotros, un baldazo de agua fría.

Cronología de un maltrato
“El espacio entre las cosas” ganó el Premio de Distribución 2012 otorgado por el Ministerio de Cultura. Este premio fue el punto de partida para pensar en una exhibición en los cines comerciales. Nuestra apuesta iba por abrir puertas para otro tipo de cine en las salas y asumimos esa apuesta. En una reunión promovida por el propio ministerio, entramos en contacto con la cadena Cineplanet el año pasado. Las conversaciones se iniciaron desde entonces y para inicios de Marzo de este año ya estaba decidida la fecha de estreno: 19 de setiembre. La fecha, claro, era porque se trataba de una de las semanas más bajas del año y solo ahí podía entrar la película.

Desde la primera reunión con Álvaro Sedano, gerente comercial de Cineplanet, las condiciones fueron complicadas para nosotros. Nos dijeron: “Podemos darles 2 salas, con un costo de 700 dólares por cada sala en concepto de alquiler y proyección digital, una sala en Alcázar y una en San Miguel”. En total, 1,400 dólares de pago. Además, acordamos que en conceptos de taquilla íbamos a recibir el 20% de lo ingresado. Es decir, la película debía llevar unas 2,330 personas solo para recuperar el dinero por alquilar las salas.

Y esa cantidad de espectadores debía conseguirse en tan solo una semana, pues Cineplanet fue muy claro: “El espacio entre las cosas” solo podía estar siete días en la cartelera pues luego venía Dragon Ball Z y necesitaban recuperar la sala digital para ello. Lo irónico surgió cuando se le preguntó al responsable de Cineplanet cuántos espectadores creía que metería la película: “No llegarán ni a 800″. No nos desanimamos y decidimos que lucharíamos por duplicar esa cifra.

Luego vinieron meses en que siempre hubo casi una comunicación unilateral. Escribimos proponiendo ideas, estrategias de estreno y más temas, pero pocas veces hubo respuesta. Cuando preguntamos sobre un contrato con relación al pago que debíamos hacer, solo nos indicaron: “Nosotros no trabajamos con contratos”.

Así llegó agosto y empezamos las coordinaciones para promocionar la película. Entregamos los 4 afiches que Cineplanet nos exigía por sala, más tráilers de la película para que puedan proyectarlas en sus funciones, como se hace con cualquier estreno.

Terrible fue la sorpresa cuando el 6 de setiembre, A TRECE DÍAS DEL ESTRENO, pasamos por Cineplanet Alcázar y descubrimos que:
a) No se estaba pasando el tráiler de la película en ninguna sala.
b) Solo se había colocado uno de los cuatro afiches entregados.

Desconcertados, consultamos con el cine sobre estos incumplimientos. Las respuestas nos dejaron aún más confundidos.

Sobre el tráiler, nos indicaron que estábamos en una sala digital y ahí se proyectaba My Little Pony, y al tratarse de un público infantil no podían pasar nuestro tráiler. Al preguntarles por qué no lo pasaban en otras salas, nos dijeron que no se podía porque no teníamos el tráiler en 35mm. Cuando les propusimos otras opciones (pasar el tráiler como DVD, con la publicidad que pasan al inicio) nos dijeron escuetamente: “No se puede”. Y punto final.

Luego de mucho insistir, nos señalaron que se pasaría el tráiler apenas una semana antes del estreno durante la función de “Los amantes pasajeros”, en la única sala reservada para la película. Al consultar por qué al menos no se incluía el tráiler en las pantallas de TV en los pasillos del cine, nos respondieron que eso era solo para sus estrenos nacionales, y nuestra película apenas se proyectaba en dos de sus salas.

Únicamente parecía que habría una buena solución con el tema de los afiches… pero ni eso:
El 16 de setiembre volvimos a Cineplanet Alcázar para entregar la película y seguía ahí, el único y solitario póster, colocado en un lado lateral de un pasillo. La situación era desesperante. “Amigo”, le dijimos a un trabajador del cine, “estrenamos una película EN TRES DÍAS, ¿podrías poner más pósters de nuestra película, por favor?”. El amable trabajador nos vio desesperados y consiguió poner un afiche más, casi por compasión.

En esas condiciones, llegamos al jueves 19, día del estreno. En la sala de Cineplanet Alcázar, esa noche, hubo 80 personas viendo la película. Nada mal para las expectativas de nuestra película. En contraparte, otras funciones tuvieron una baja asistencia (lo cual tampoco es excusa para sufrir atropellos como funciones en Alcázar y San Miguel donde se encendían las luces y entraba la gente de limpieza a la sala antes de tiempo, interrumpiendo la proyección sin haber llegado a los créditos siquiera).

La gran sorpresa llegó el viernes en la noche: un día y medio después de su estreno, Cineplanet nos había quitado la función de las 10.30pm. Y el sábado, los primeros asistentes al cine se encontraron con este cartel que anunciaban lasfunciones canceladas por “mantenimiento de urgencia”.

Llamamos a Cineplanet a las 4.30pm y una señorita nos indicó que nuestra película no se iba a exhibir. “¿Por qué?”, preguntamos. “Porque ha habido un desperfecto en la sala”, fue la respuesta, para luego indicarnos que todas las funciones del fin de semana habían sido canceladas.

Llamamos a Fernando Soriano, gerente general de Cineplanet, para exigir explicaciones más adecuadas. “Me sorprende lo que me cuentan, ni siquiera sabía que la película se exhibía”, fue su respuesta. Luego nos llamó el señor Álvaro Sedano para indicarnos que durante la madrugada había ocurrido un problema “con el aire acondicionado” (a pesar que la noche anterior ya habían anulado una función).

Cuando preguntamos por qué no se nos había comunicado nada de esto, la respuesta del personal de Cineplanet fue: “No teníamos su número de teléfono para llamarlos”. Esto, evidentemente, es falso. Tienen nuestros teléfonos, emails y hasta nuestro RUC, datos de facturación y toda la información que nos solicitaron con anticipación.

Fue tanto el tono de reclamo nuestro y la presión de las redes sociales que a las 6.20pm nos dijeron que el problema de “mantenimiento” había sido resuelto rápidamente, y que se volvía a abrir la sala… faltando 10 minutos para una nueva función. Desde luego, nadie se enteró tan pronto y fue otra función perdida. Pero al menos se reanudaron las funciones y la película tiene ahora unos días más para verse y discutirse.

Al final nos queda una sensación de malestar. Que el trabajo de cuatro años no haya tenido ni dos días enteros de exhibición es una crueldad. Ni aún pagando por las salas, ni aún recibiendo ellos el 80% de taquilla hemos recibido un trato decente de parte de Cineplanet. Sin tráilers, sin afiches, sin difusión y, al final, sin horarios. Causa tristeza e indignación que el oficio del cine sucumba ante el negocio de exhibición que está a merced de corporaciones que no respetan ni sus propios acuerdos comerciales.

Hasta esta hora, no se nos ha ofrecido disculpa alguna. Tampoco nos han informado sobre alguna manera de resarcir las funciones perdidas.

En caso estos incidentes persistan, deberemos buscar nuevas maneras de exhibir películas. Es ya, realmente, un cambio necesario en nuestro país.

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