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Cine: Se cae la máscara de la represión

El filme Red Aninsri (อนินทรีย์แดง) o, de puntillas en el todavía tambaleante muro de Berlín, del director Ratchapoom Boonbunchachoke sitúa el contexto político actual tailandés en un marco histórico desde la Segunda Guerra Mundial.

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Hasta la Segunda Guerra Mundial Tailandia mantuvo una alianza con Japón. Tras la derrota de Japón y el fin de la guerra, Tailandia se realinea, convirtiéndose en aliado de los Estados Unidos durante la Guerra de Vietnam, brindando soporte logístico y experimentando, desde entonces se genera un crecimiento industrial en sectores como la manufactura, el turismo y medios masivos.

Un rey que gobierna desde su residencia en Alemania

Tailandia se conoce por su monarquía constitucional omnipresente y un rey vanidoso que no admite insultos. Lo que se conoce menos es el papel de las Fuerzas Armadas en disminuir el poder de la monarquía a lo largo del siglo XX y reprimir a la población hasta hoy. En lo más álgido de la Guerra Fría, el Ejército era considerado el auténtico poder, apoyado y asesorado por los Estados Unidos. La propaganda estatal reafirmaba la nación única —desprendiéndose del contexto cultural entre Laos y Camboya—, con la religión y la monarquía como símbolos de unidad frente al comunismo, inculcando así a la población que el Ejército era el supuesto garante de todos estos supuestos pilares nacionales. En 1973 y 1976 los militares dispararon contra manifestaciones estudiantiles y perpetraron masacres en el contexto de acciones con la excusa de repeler la “infiltración comunista” y para proteger la soberanía tailandesa.

Rojos o amarillos, los manifestantes no se dan por vencidos

Desde el inicio de la Guerra Fría y hasta la década de 1980, Tailandia permanece como un país políticamente inestable. Durante este período se produce una sucesión de cambios de gobierno a consecuencia de sendos golpes de Estado. Tras superar dicho periodo, el país se configura, a partir del último golpe militar de 1991, como una democracia participativa moderna. Hasta el golpe del 2014.

Ante este fondo histórico las manifestaciones estudiantiles iniciadas en 2019, que motivaron incluso a escolares a salir a las calles en medio de restricciones por pandemia, cobran particular relevancia. Varios líderes de protestas han sido demandados o apresados para intimidarlos y poner fin a las protestas. Sin embargo, los jóvenes siguen saliendo a las calles en Bangkok y otras ciudades de Tailandia. El periodista Pravit Rojanaphruk observa en esta nueva generación un profundo rechazo al culto a la realeza y la militarización de la sociedad, que vendría a ser ya casi ideológica y de sentido común entre la nueva generación. Que el actual rey resida en Alemania sin mostrar interés por el bienestar de sus súbditos reafirma este rechazo, también por el 112, un número que no representa a los bomberos, sino a los rochabuses y el delito de lesa majestad.

El muro de Berlín nunca se derribó, tan sólo se desplazó hacia el este

En este contexto se estrenó este año en el festival de Locarno la película EL ROJO ANINSRI. O, DE PUNTILLAS EN EL TODAVÍA TAMBALEANTE MURO DE BERLÍN de Ratchapoom Boonbunchachoke. Boonbunchachoke consigue condensar lo arriba resumido en una película de género que sigue las convenciones del cine tailandés de la Guerra Fría, donde cada actor es doblado por la voz que se ajusta a su rol. El héroe suena heroico y el villano suena malvado: a Ang, una trabajadora sexual transgénero con una voz bonita y femenina, se le asigna una misión especial como espía encubierta. Se disfraza de hombre cisgénero para entablar una relación romántica con Jit, un estudiante activista beligerante pero idealista con una voz maligna. Ang debe extraer información importante de Jit. Sin embargo, la misión de Ang fracasa al ella enamorarse de Jit. Ang, que se considera apolítico al principio, despierta lentamente para ver el otro mundo donde la gente habla con su verdadera voz.

Hablar con nuestra verdadera voz, es decir lograr articular nuestros pensamientos de manera auténtica, es el motivo central de RED ANINSRI. La historia de amor cursi y el repertorio formal del thriller de agentes —con intercomunicador a lo Ángeles de Charlie— se exagera y se mantiene la clave de parodia hasta el desenlace que nos sitúa en un presente donde la manipulación resulta perfecta y aterradora.

RED ANINSRI acaba de iniciar su recorrido por América Latina a través de Colombia, donde se presentó en los Bogoshorts, estará ojalá tambíen en el Perú pronto.

Trailer: อนินทรีย์แดง, RED ANINSRI. EL ROJO ANINSRI. O, DE PUNTILLAS EN EL TODAVÍA TAMBALEANTE MURO DE BERLÍN 

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