Cultura

Cien años del natalicio de don Abraham, el padre de las guitarras Falcón

Cuenta Enrique, uno de sus nietos, que su abuelo sacó de un tronco seco lo que serían las doce primeras guitarras.

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En épocas donde predominan las tablets y los celulares, donde lo digital va entumeciendo las manos de los más pequeños, despojándoles de la creatividad y la innovación en el mundo sonoro, hacen falta más músicos en nuestro país, hacen falta más artistas que se atrevan a borrar a pincelazos o arpegios este manto gris que frecuentemente envuelve nuestra cotidianeidad.

Era el año 1946 cuando un joven e inexperto aprendiz de carpintería, Abraham Falcón García, se puso a caminar por la orilla del río Palpa buscando una buena madera para convertirla en lo que sería la primera serie de las ya míticas guitarras Falcón.

Cuenta su nieto Enrique que por ese entonces la referencia de guitarra que tenía su abuelo el la del tipo español, la de doce cuerdas de marcas Ribot o Ramírez, pero con el tiempo empezó a percatarse que esas guitarras extranjeras eran muy finas, pero bastante frágiles, emitiendo un sonido poco profundo. Es así que don Abraham decidió mejorar esas cualidades, darles durabilidad a sus instrumentos y hacerlos capaces de emitir sonidos penetrantes como los que había escuchado en su Coracora natal.

Músicos como el Jilguero del Huascarán comenzaron a popularizar las guitarras Falcón, que después fueron apreciadas por grandes exponentes ayacuchanos como Raúl García Zárate o Manuelcha Prado.

De Ica pasó a Lima, estableciendo un pequeño taller en la calle Huatica, en el distrito de La Victoria. Luego, ocupó un espacio más grande en Luna Pizarro, donde sus guitarras comenzaron a darle ritmo a las jaranas criollas en Barrios Altos, el Rímac y La Victoria. “La verdad, pegó muy bien, porque en esa época, entre los años 60 y 70, había un boom de la canción criolla, había un contexto muy bueno, y eso ayudó mucho a que la gente conociera la guitarra criolla, la guitarra costeña”, dice su nieto Enrique Falcón.

En los años 80, Abraham Falcón García ya era casi una leyenda, fue invitado en tres ocasiones a Francia a diversos encuentros de lutieres, donde se reconoció “el modelo peruano”, debido a las cualidades estéticas y sonoras de sus guitarras.

Don Abraham Falcón, en pleno proceso de una nueva guitarra. Foto: difusión.

El maestro pasó sus últimos años dando talleres y charlas sobre el arte de hacer instrumentos, hasta su partida, el 2 de diciembre de 2016.

Este 16 de marzo se cumplirán 100 años del natalicio de aquel hombre que hizo posible que miles de jóvenes consigan un lugar en el mundo musical, comenzando con simples rasgueos hasta lograr la maestría en un pedazo de madera con cuerdas.

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