Por Edwin A. Vegas Gallo
Los congresistas genios de la Comisión de Educación, sin ningún pergamino académico ni intelectual, están a punto de aprobar en el Pleno del Congreso de la República, que los estudiantes egresados de la educación secundaria, se inscriban en las Universidades, en un “ciclo cero”, pre universitario y los que culminen con nota aprobatoria de 13, accedan directamente a iniciar su formación profesional.
Esta propuesta “ciclo cero”, es una solución poco imaginativa de los congresistas, para acceder “como única modalidad de ingreso a las universidades del país “, la cual nace de una comprensión incompleta de aquellos, de lo que es la educación, y en particular la terciaria o universitaria, en la que primero, debe predominar la vocación estudiantil, sin que ello implique exclusiones bajo ningún concepto.
La propuesta “ciclo cero”, colisiona con la autonomía académica, consagrada en la Constitución remendada por la Alianza gobernante en el país. Es decir, ni ello toman en cuenta, en su afán de proselitismo político mediocre.
Lo que deben hacer las universidades, sobretodo las públicas, es innovar, evolucionar sus procesos de certificación de admisión, más allá de convertir este, en una suerte de examen de contenido universitario, deben construir un proceso admisorio, respetando escrupulosamente el contenido curricular de la educación secundaria.
Ello, me trae a colación la desmesurada creación de universidades públicas, por parte del Congreso, en verdadera danza de captar votos, evidentemente más re imaginando su propio juego re eleccionario, antes que verdaderamente importarles el futuro de los egresados de la secundaria, en contra del Objetivo de Desarrollo Sostenible, de la Agenda de Naciones Unidas, concretamente el literal ODS 4,7; asegurando la igualdad de acceso a la educación universitaria a personas con discapacidad, los pueblos indígenas y los jóvenes de las comunidades locales que viven en las zonas rurales.
Si desde el Congreso y del Ejecutivo, siguen con esas políticas públicas mediocres, que no proporcionan apoyo a las universidades públicas, en particular, tendremos una formación profesional, técnica y vocacional mediocre, carente de aprendizaje y en lugar de avanzar hacia el desarrollo con dignidad, se retrocederá en la consecución de los Objetivos nacionales de desarrollo.