Opinión

Chile se quedó sin plata

Lee la columna de Hans Herrera Núñez

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La economía chilena registró un inaudito 0% de crecimiento interanual de septiembre. La variación de ese mes en comparación con el mismo de 2023, da un nulo crecimiento, esto como efecto del crecimiento del sector servicio compensado por el menor desempeño de la producción de bienes, según informó el lunes el Banco Central.

Entretanto Hacienda (Ministerio de Economía) no solo está modificando las protecciones de crecimiento del 2024, sino también la expansión del presupuesto para 2025, de 2,7% a 2,1%.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, declaró que el 50% del presupuesto vendría del royalty minero y de la ley de cumplimiento tributario. Y el otro 50% vendría de la economía en general y una mejor proyección del precio del cobre.  ¿Cómo un ministro de economía va venir a decir que el resto de los fondos provendrán de la economía en general? De un estudiante de Derecho espero esa manera imprecisa de expresarse pero del ministro, de un hombre de números es bochornoso.

Y, además, de alguien que fue director de presupuestos. Ya el consejo fiscal autónomo públicamente viene anunciando este panorama de desastre. Hacienda ha sido irresponsable, ¿Cómo es que ahora el ejecutivo se da cuenta que hay que recortar el gasto en 60 días?  Y no solo recortar el gasto en unos 1100 millones de dólares, sino que además tendría que cumplir la meta fiscal, aumentar los ingresos en 22% con respecto al año pasado. En resumen, ¿Cómo van aumentar los ingresos si el país no está creciendo?  ¿De donde van a sacar la plata? Las cifras no dan.

El problema en este caso no es el Estado, sino la disolución del Estado en una pésima gestión. La contribución de Boric es el aumento de gasto en puestos de trabajo estatales que nadie sabe qué hacen. Eso y la huida de inversionistas nacionales que se van a Perú o Brasil a poner seguro su dinero.

La desarticulación que se viene promoviendo del Estado, así como de la idea de la patria genera caos administrativo. Ese es el legado de Boric. Súmese a esto fantasmas gnoseológicos como el cambio climático en el marco de la climatología. Chile es uno de los países de la región que más viene apostando al discurso global medioambientalista. Lo cual repercute en su productividad cada vez menor en uno de los países con tarifas eléctricas más altas del país. Subvencionar programas sociales y energías renovables suena bonito, el problema es que esas políticas públicas inciden al actual clima de crisis económica de Chile. Y de momento no se ve una mejora del futuro chileno. Al menos no al corto plazo. La pregunta pendiente es de dónde sacará la plata el gobierno de Boric.

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