Opinión

Chibolín y el Congreso de la República

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Por Edison Mamani

Rosangella Barbarán (Fuerza Popular), cometió el mayor error político de su vida, al declarar como una “anécdota” que en la época de campaña electoral del programa de Chibolín le quisieron cobrar mil dólares por la entrevista. Esto provocó una pregunta lógica: ¿Si a ella le pidieron dinero por la entrevista, a los demás candidatos también? Entonces, la prensa buscó a los que sí asistieron al programa de Chibolín y hasta el momento han negado algún pago.

¿Por qué el tema Chibolín no tiene prioridad para Juan Burgos? ¿Por qué Burgos habla mañana, tarde y noche, sobre la supuesta ayuda de Dina a un prófugo, y no sobre Chibolín, que aparentemente “ha comprado a medio Perú”? Como bien señala José Cueto, el tema Chibolín sí merece una comisión investigadora, pero es muy poco probable que se lleve a cabo porque todos los congresistas que podrían estar involucrados son de las bancadas de derecha: Patricia Juárez (Fuerza Popular), Patricia Chirinos, Alejandro Cavero, Rosselli Amuruz y José Williams (Avanza País), Norma Yarrow y Diego Bazán (Renovación Popular), Javier Padilla (Honor y Democracia), Alfredo Azurín (Somos Perú) y Maricarmen Alva (no agrupado).  Es decir, antes de la declaración de Barbarán, había la intención de investigar en la medida que había jueces y fiscales involucrados, pero ahora el panorama ha cambiado. Un comentario aparte: ¿La Junta Nacional de Justicia cuándo tomará acción?

Teniendo en cuenta que este tema mediático recién comienza y que puede durar hasta fin de año, todos pueden ser inocentes, pero también culpables de algún error político o delito, y que al final no se encuentre nada o tal vez todo, se puede y debe indagar en la Comisión de Fiscalización: en el Congreso con voluntad política han investigado hasta lo que come un ministro.

Rosangella Barbarán, me imagino consciente de su lapsus político, nuevamente salió a declarar, esta vez no en pasos perdidos sino en una entrevista con Ghibellini en Canal N, a donde se supone tenía que haber ido mejor preparada para dar un argumento coherente. Sin embargo, generó más dudas. Analicemos la entrevista: primero, rechaza que se quiera vincular a algunos congresistas por haber asistido, Ghibellini le pide más precisiones sobre las motivaciones, Barbarán responde que fue un por un tema de auspiciadores, pero sus gestos dan la impresión que no dio el dinero no por un tema moral ni legal sino porque no tenía recursos en ese momento, Ghibellini le aclara que los auspiciadores son los que pagan no a los que les pagan, Barbarán responde que “más allá de ello, los temas de medios no los manejamos”, Ghibellini, insiste y le pide precisar si fue una cuestión de principios o de falta de recursos, y Barbarán ahora dice que “en realidad, la norma era clara”, que “ya no acepta que exista ningún pago”.

Patricia Juárez (Fuerza Popular), quien tiene más experiencia que Barbarán, sí fue contundente, señalando que ellos han estado en campaña política, y “como todo el mundo, hemos visitado todos los sets, hemos participado en todos los programas a los que se nos ha convocado, hemos asistido”, “no hay nada de aportes”, “no hay ningún vínculo”, “no hay ninguna coordinación estrecha que se haya realizado”, es decir, “por lo menos en lo que corresponde a Fuerza Popular, nosotros deslindamos absolutamente”.

Norma Yarrow (Renovación Popular), fue igual de convincente, mostrando su “indignación y rechazo enérgico a toda vinculación” que “maliciosamente” se pretende hacer con el “investigado”; sin embargo, este rechazo no fue compartido por su líder López Aliaga.

Alejandro Cavero (Avanza País), prácticamente le echa la culpa a Hernando de Soto de haber asistido al programa, recordando que le aconsejó no tenerlo como asesor, y deslizando que Chibolín podría acogerse a la colaboración eficaz para enlodar a otras personas.

El caso más curioso fue el de Maricarmen Alva, quien asistió como candidata, pero también como presidenta del Congreso. Desde todo punto de vista, fue por lo menos un grave error político, porque ella ya representaba al principal poder del Estado, y me imagino que ya conocía los rumores sobre Chibolín.

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