La exhibición de la película “Chabuca” ha desatado severas controversias e inquietudes y un afán de los espectadores/lectores por conocer la verdad. El libro de Álex Brocca (AB) rebota por los WhatsApp y los piratas lo venden en las calles casi al mismo precio con el que fue lanzando en 1999 a 10 soles, convirtiéndose en un best sellers de baja intensidad, cosa curiosa en nuestro medio donde cada día se lee menos o no se lee nada.
En “Chabuca”, Ernesto Pimentel y la productora Tondero se han encargado de convertir a su personaje en un héroe o heroína que vence a la pobreza, acaba con la envidia, y doblega a la enfermedad, hasta logra constituir una familia y tener un hijo. Todo muy funcional a la medida de los coachs de moda y los libros de autoayuda. Mientras la contraparte o el malo de la película, en la realidad, muere en un hospital para pobres, solo y abandonado. Y encima muchos de los reportajes televisivos o impresos hechos sobre sus denuncias, han sido borrados de un brochazo para beneficiar la “verdad” retiniana que nos quieren hacer creer.
Asimismo, en la película “Chabuca”, Brocca es mostrado como un vividor violento que solo sabe pedir plata y aprovecharse del éxito de su pareja. En “Canto de dolor”, Hernán Pretel (Pimentel) es el tipo desaseado, sucio, que se acuesta con todo del mundo sin protección y cuya angurria por él éxito hace que convierta a AB en casi un esclavo o “sirviente”. Y aunque Brocca confiesa que golpeaba a Pimentel, es este último quien le rompe la nariz, hecho que sale en la película, pero esa fue la razón por la que AB le reclama dinero para la operación y no antes. Además, Brocca da a entender que Pimentel es el que tenía más avanzado el VIH.
El director de teatro y amigo Richard Torres, quien también ha dirigido a Pimentel en una obra de teatro, ha recibido la propuesta de filmar la otra versión de “Chabuca”, la que sería la película de AB contada de primera mano. Conozco a Richard y sabemos de su talento y su calidad de persona y creemos que lo correcto sería que “Chabuca” tenga su secuela en una película que sin ambages contará ese tiempo. Ah, por cierto, he dicho públicamente que apoyaría la construcción del guion.
(Columna publicada en Diario UNO)