El caso Bruno Pacheco sigue revelando sucias novedades. El director del semanario Hildebrandt en sus trece en su reciente publicación publicó una columna titulada Por unos dólares más, señaló que «Tener 20 mil dólares en el baño es digno de Tony Soprano. Bruno Pacheco que pedía costosos favores a la SUNAT, podría haber estado cobrando por esas gestiones. Y por otras que no sabemos».
De la misma forma, el periodista se refiere al silencio casi sepulcral por parte del presidente Castillo: «En todo caso, esos billetes son hoy una marcha verde en Palacio. Y todavía estamos esperando que el exjefe de Pacheco, el presidente Pedro Castillo, haga un deslinde soberano y diga, asqueado, que espera que a su exsecretario palaciego le caiga la justicia. Pero no hay deslinde ni indignación ni asombro. ¿O es que el presidente sabía del dinero que acumulaba, como bosta vacuna en algún paraje indio, el señor Pacheco? ¿O es que esa plata ni siquiera pertenecía al hombre que demandaba favores tributarios? ¿O es que estamos ante la versión churrupaca de García y Nava?», recalcó Hildebrandt.
Los chats de Bruno Pacheco presionando y pidiendo favores al jefe de la SUNAT se ha convertido en la noticia más importante del año. A esto se suma el trabajo que viene realizando la Fiscalía Anticorrupción con el hallazgo de los 20 mil dólares en el baño de Palacio de Gobierno. «El asunto es grave. Diría que es el más grave de los publicados, hasta ahora por la prensa. Lo que expresan mínimamente esos verdes de misterio e inodoro es que hay gentuza metida en el entorno más íntimo del presidente. Y no me refiero a los fenatepistas, a los movadéficos, a los que apuestan a la ruleta rusa en alguna bodeguita del medio. Me refiero a los ladronzuelos, oportunistas, parientes que salivan antes licitaciones próximas, cuñadísimos, hambrientos de delicias públicas. Aludo a las colas de demandantes de trabajo que hay en los ministerios y a las listas de favorecidos que circulan por todas partes«, menciona Hildebrandt.
El periodista también explica que lo pueda estar sucediendo en Palacio de Gobierno: «Lo que el presidente Castillo no entiende es que en la niebla de las contradicciones y anarquía doméstica en la que vive es muy posible que se esté colando la corrupción. Esa es la más pía de las hipótesis. La otra es que él esté enterado y lo tolere».
Para finalizar, César Hildebrandt agrega: «Pero si se comprueba que Castillo está tolerando que empiecen a desaparecer los vueltos y los sencillos y que la parentela angurrienta husmee en los presupuestos y las contrataciones del Estado, la pregunta que muchos se harán, a lo Bastidas, es por qué tenemos que aguantar todo esto, en nombre de qué tenemos que tendríamos que resignarnos a que un hombre de pocas luces siga cometiendo errores con tantos bríos. Lo único que sostendrá a Castillo en la presidencia será su honestidad inmaculada».