“El COES es generación y transmisión; no distribución”, así inició César Butrón, presidente del Comité de Operación Económica del Sistema Interconectado Nacional (COES) su conferencia en el Perú Energía Norte, realizado desde ayer en la ciudad de Piura, y dejó en claro que el sistema de energía peruano debe ser analizado como un todo dado que es un error hablar de la “energía del norte”.
“El norte del país importa más de la mitad de la energía que consume, la importa del centro del país, y en el sur es aún mayor el porcentaje”, señaló Butrón. También agregó: ”La energía que consume Piura tiene mucho del gas de Camisea que se quema en Chilca, en Lima, y tiene producción también del Mantaro, en Huancavelica, y del cañón del Pato”.
En total, hay 20,000 megavatios de proyectos que tienen nombre propio, que han presentado al COES su EPO (estudio de preoperatividad) y están listos para conseguir la concesión y comenzar a construir, dijo Butrón. Son más de 10,000 megavatios en solares y más de 9,000 megavatios en eólicos. “No hay falta de proyectos, la verdad es que no la hay”, añadió. “Sí hay interés, hay recursos, pero hace falta conseguir quién les compre” para que el proyecto se concrete, explicó Butrón.
Con todo, basado en cálculos de demanda y oferta de energía, y de capacidad instalada, Butrón sostuvo que las posibilidades de “apagones, restricciones, de capacidad de generación en el norte, en el centro, en el sur, no hay hasta el 2034 porque tenemos reservas suficientes”.
Ahora bien, observó que esa reserva de energía con la que cuenta el país es cara dado que se trata de centrales que operan con petróleo y diésel, y sus costos suelen estar muy por encima de la media. Según Butrón, el costo marginal del megavatio-hora ronda en la actualidad los US$30. “Si tenemos que empezar a usar diésel, sube inmediatamente a US$180 el megavatio-hora”, precisó.
Por lo tanto, según el presidente del COES, no habrá falta de capacidad de energía para atender la demanda futura de ella, al menos hasta el 2034, pero lo sí habrá, de darse el caso, es que en algún momento “los costos de generación se van a disparar pero la tarifa no porque los usuarios regulados dependen de las distribuidoras, y estas tienen contratos de largo plazo con las generadoras”. ”En el caso de los clientes libres, dependerá de lo que digan sus contratos”, advirtió el especialista.
En un sistema como el peruano, los que pierden cuando se echa mano de las reservas de diésel, dijo Butrón, son los generadores. “Ellos asumen la pérdida, comprando a US$180 y vendiendo a US$30, US$35, US$40 o el precio que hayan pactado con sus clientes”. “Eso es bueno que se sepa”, dijo Butrón. “Los generadores también corren muchos riesgos”.
Sostuvo además que, si no se generan más proyectos de energía eficientes, relacionados con el gas natural y las renovables, para el 2025 el Perú comenzará a quemar diésel en las épocas de estiaje, lo que se traducirá en un alza de los costos de producción de la energía. “No esperemos a que tengamos que generar [energía] con diésel, que no solo es más caro, sino también más contaminante”, dijo.
Según los datos del COES, revelados por Butrón, no hay hasta el momento “ningún solo nuevo proyecto industrial grande que se sume al crecimiento de la demanda de más energía” hasta el 2034, y esto es resultado de la “inestabilidad política y todo lo que sabemos”. “Y el crecimiento vegetativo tampoco va tan bien, porque la economía no crece como solíamos hacerlo”, dijo.
César Butrón dijo que, hasta el 2034, de permanecer la proyección de la demanda como ahora, sin cambios, esta crecerá anualmente ligeramente por encima del 3%, cuando en mejores años como 2007 o 2008 lo hacía a un ritmo cercano al 10% cada año.
Si bien admite Butrón que esta es una proyección, y como toda proyección, es ajustada conforme pasa el tiempo, aseguró que será así por lo menos durante los próximos tres años dado que “No hay proyecto que consuma gran energía que se genere en menos de ese tiempo; los proyectos mineros toman como cuatro o cinco antes de que comiencen a consumir electricidad”. En su proyección conservadora, el COES asume que el gas natural aún no llega al sur peruano. En otra proyección, optimista, en el que la demanda de energía se dispara, el COES estima que desde el 2024 comenzará el Perú a quemar diésel.