“Lecturas Peruanas en Casa: Escritoras de la Generación del 50” es un programa y muy acertado por cierto, que ha sido creado por la Casa de la Literatura y que quizá debiera tener como sobre nombre, “Los martes de las poetas cinquenteñas” porque recoge la voz de aquellas creadoras que surgieron a mediados del siglo XX y a quienes, por fin se les está dando un alcance.
Este encuentro se transmite por la página en vivo de la CASIL en Facebook, como parte de las actividades y novedades de la Biblioteca Mario Vargas Llosa. Las citas se iniciaron el 19 de octubre, prosiguieron el 26 y se repetirán el 7 y 9 de noviembre con los siguientes encuentros:
19 de octubre: Raquel Jodorowski / Sarina Helfgott
26 de octubre: Julia Ferrer / Cecilia Bustamante
2 de nov: Yolanda Westpphalen / Lola Thorne
9 de nov: Blanca Valera / Rosa Cerna Guardia
Evocando un encuentro
Conocí a Cecilia Bustamante Moscoso, a inicios de los años 80, gracias al poeta Carlos Germán Belli, con quién trabé amistad en el diario El Comercio, matutino donde yo colaboraba con algunos artículos en su página de Opinión. Fue una amistad muy estrecha con la poeta que dice en uno de sus poemas: «aúllas a la luna» para manifestar la soledad del hombre cuando sufre-y gracias a Cecilia me vinculé con otra gran poeta, Magda Portal y posteriormente con dos escritoras mexicanas de gran calidad; Margot Glatz y Elena Poniatowska, durante un congreso internacional de escritoras latinoamericanas, realizado en Lima en 1980. Fui testigo de su afán por difundir los trabajos de las mujeres poetas y de las ediciones que hiciera a las poetas Inés Cook, Enriqueta Beleván, Gloria Mendoza Borda Cecilia Eguren y otras más.
Cecilia Moscoso, descendiente de la escritora arequipeña María Nieves y Bustamante, autora de “Jorge, el hijo del Pueblo” y del ex presidente de las República José Bustamante y Rivero, nació en Lima en 1932 y falleció en Texas en el 2006. Fue poeta, docente, periodista y activista, impartió clases en la Escuela Nacional de Bellas Artes. Ha sido Agregada Cultural Honoraria de Perú en México y Estados Unidos. Editó nueve libros de poesía: Discernimiento (1971/79) , Nuevos Poemas y Audiencias (1965) , El Nombre de las Cosas (1970), entre algunos. Cecilia, que presidió la Mesa de Derechos Humanos en la Conferencia de Berlín sobre Desarrollo Sustentable, fue editora de la revista literaria “A Extramares” e impartió clases en la universidad de Texas. Hasta el 2021, es la única Poeta peruana que ha recibido el Premio Nacional de Poesía, galardón que obtuvo en 1965.
Otros reconocimientos son el Premio Especial para contribuciones a las Artes Latinas de la Liga de Artistas Chicanos y el Austin Hispanic Writers Award.
A la poeta Julia Ferrer, seudónimo de Julia del Solar Bardelli, la vi una sola vez, en aquél mítico Café Versalles , de la calle Ocoña y muy cerca a la Embajada de Bolivia. Me pareció una mujer algo extraña. Alguien me dijo que escribía poemas y lo hacía muy bien. El poeta Sandro Chiri, la definiría con exactitud:” Ella era como sus poemas, de carne y fuego”.
Y en ese fuego se fue haciendo mujer y naciendo poeta. De ahí que nos confiese en su bello POEMA: Y yo/ que todo lo hago realidad / me enredo mucho con el vaho de los hombres / y es / que la vida a bocanadas va// pero en el fondo/ mi corazón sufre/ y pisa almendras / y no solo eso/ sino también/ el miedo/ de aquél remoto esclavo/ que se escapó del cielo / tomó la vida/ como quien va a su casa/ me dejó esta piel suave/ y se ocultó detrás de la cortina / mientras su sangre goteaba en / el teclado”.
Esta mujer hecha de pasiones intensas, nació en Lima el 25 de febrero de 1925 y falleció en esta ciudad de los grises, el 16 de febrero de 1995. Estudió en el colegio Sagrados Corazones y fue políglota, incluido entre los idiomas que dominaba el quechua. Viajó mucho y en cada uno de sus destinos, fue al encuentro de nuevas palabras: Sao Paolo, París, Madrid, México, Guatemala, la vieron transitar por sus calles de los años 50. De nuevo en Lima, participó en diversas obras de Teatro y en radioteatros. Entre sus libros citamos: Imágenes porque sí (1958), La Olvidada Lección de Cosas Olvidadas (1966),Gesto Poemas (1942/81) con ilustraciones y fotografías del artista Carlos Alberto Ostolaza.