Opinión

Cazando fantasmas

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Por Tino Santander Joo

El mensaje del presidente Castillo, promueve el conflicto político en un país golpeado la crisis económica, social y, política. El neoindigenismo de Castillo, sobrevalora lo andino para compensar un complejo de inferioridad evidente. No hay necesidad de sobredimensionar nada. El Perú es cuna de una civilización extraordinaria que se ha enriquecido con la llegada de los españoles. Castillo, no sabe que el milenarismo indigenista es creación de los intelectuales de las clases medias en su afán de afirmación social. Vladimir Cerrón, debería recomendar leer al presidente el libro de Stalin “Marxismo y la cuestión nacional” y los ensayos antropológicos de José María Arguedas para que entienda la acertada metáfora de “todas las sangres”.

Por otro lado, la lucha contra el monopolio financiero y farmacéutico parece una consigna sin contenido, porque no hay medidas concretas para acabar estos grupos de poder económico que aterrorizan a los peruanos con sus altas tasas de intereses, con ejecuciones hipotecarias y, reprogramaciones de deudas arbitrarias. El interbank tienen el monopolio farmacéutico y las medicinas son las más caras del mundo y no hay nada claro al respecto. No basta con anunciar que el Banco de La Nación tendrá mayores atribuciones comerciales, es necesario comprar la deuda de millones de familias, fomentar la competencia financiera y abrir el mercado farmacéutico al mundo para tener las medicinas más baratas.

El precio del gas doméstico, la gasolina, la falta de empleo, el déficit de infraestructura, la renegociación de contratos, la quiebra del turismo, la promoción de inversión pública y privada,  el hambre y la desesperación, no se solucionan a través de una “asamblea constituyente plurinacional” organizada en tumultos callejeros, sino cambiando la ley de la banca, promulgando la ley antimopolios, renegociando contratos, cambiando la estructura del estado (regionalización), buscando darle autonomía al poder judicial,  etc. No hay necesidad del delirio constituyente que termina siempre en la demagogia de los derechos sociales irrealizables o hacer de la constitución un libro de contabilidad en la que solo se anote las utilidades de los grupos de poder económico como quieren los fujimoristas y los neoliberales.

Si el mensaje es confuso, el gabinete esta hecho a su medida. Guido Bellido, a pesar de ser un político sagaz y de su voluntarismo ideológico dará palos de ciego por la falta de rumbo, las contradicciones y, la creciente desilusión popular en Castillo. El afán por el puesto público de la izquierda caviar, celebra el nombramiento de Francke, en el MEF, quien juramento en nombre de la igualdad de oportunidades y de la comunidad LGTBQ, a pesar del repudio generalizado de Perú Libre. El ajuste de cuentas de las izquierdas desde el poder va a generar incertidumbre y desilusión popular por su dogmatismo.

El socialismo no es estatismo, menos subordinarnos a los intereses geopolíticos de los bolivianos. Socialismo es libertad, es creación heroica, es fomentar la inversión pública y privada. Es obligar a la minería a construir la infraestructura agraria que necesita el país. Los anuncios de la construcción del tren de la Costa de Tumbes a Tacna y el de Cajamarca-Puno, el aumento del presupuesto a educación y salud solo serán promesas incumplidas, porque el gobierno está cazando fantasmas. El Perú, requiere soluciones inmediatas y no disquisiciones programáticas.

La revolución socialista contemporánea es incorporarnos de la mejor manera a la globalización capitalista y a la revolución digital. Vladimir Cerrón, tiene una responsabilidad histórica, se equivoca si cree que la revolución está en el pasado, por ese camino el fascismo se convertirá en un anhelo de la inmensa mayoría. Ojalá que vea bien hacia dónde va el mundo.

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