El escándalo del caso Richard Swing llegó también a Palacio de Gobierno, donde las investigaciones involucran a Miriam Morales, Secretaria General del Despacho de Presidencia; a Karem Alexandra Roca Luque, Asistente del Despacho Presidencial; y al propio presidente Martín Vizcarra.
Hace dos días el procurador anticorrupción, Amado Enco, solicitó que se cite al presidente Martín Vizcarra y a los seis exministros de Cultura involucrados en el periodo de contratación de Richard «Swing» Cisneros: Patricia Balbuena, Rogers Valencia, Ulla Holmquist, Luis Jaime Castillo, Francisco Petrozzi y Sonia Guillén, debido a que desde 2018 hasta abril de 2020 y durante las gestiones de los seis exministros de Cultura mencionados, Cisneros estuvo facturando por sus conferencias sapienciales y otros ahora cuestionados servicios.
Los funcionarios investigados son: Osbin Richard Vargas Estarada, Dario Nemecio Armas Caso, Laura Montes de Oca Rivera, Aura Elisa Quiñones Li, Lincoln Martín Matos Parodi, Luz Elena Basurto Yamani, Nathalie Irma Chávez Abanto, Verónica Alicia Bazán Navarro, Katiya Paredes Gonzales, Clarissa Vanessa Mauricio Chapa, Nancy Mariela Rivera Cano, Oswaldo Enrique Purizaga Zapata, Guadalupe LLamoza Chico, Edwin Jesús Villacorta Monzón y Fidel Vásquez Quiroz.
Una persona clave en el caso Richard Swing, pero que curiosamente no aparece en la lista de investigados y se ha mantenido en total silencio, es Diana Tamashiro, quien ocupó el cargo en Secretaría General. Como mencionamos en una publicación anterior, eso llama mucho la atención, más en este momento, pues hace unas horas Diana Tamashiro renunció al Ministerio de Cultura.
Junto a la renuncia de Tamashiro, se produjo también la renuncia de Lincoln Martín Matos Parodi, quien ocupó el cargo de Director General de Administración. Lincoln Matos sí se encuentra dentro de la lista de los 15 investigados por Fiscalía. A estas renuncias mencionadas días antes renunció Aura Elisa Quiñones Li, ex Directora de Recursos Humanos del Ministerio de Cultura.
Es decir, hasta ahora ya van cuatro renuncias de personajes claves en esta investigación, incluyendo la renuncia de la exministra Sonia Guillén. Sabemos que la mayoría de las 15 personas en la lista de la Fiscalía son rangos medios que recibieron órdenes de sus superiores. En ese sentido, la Fiscalía debería revisar las llamadas telefónicas y los mensajes de WhatsApp entre los funcionarios de Palacio de Gobierno y el Ministerio de Cultura, de la misma manera la comunicación de los mandos altos del Ministerio de Cultura con los funcionarios antes mencionados, incluyendo a Diana Tamashiro y Lincoln Matos Parodi.
De estrella motivacional de cientos de felices empleados del MINCUL, Richard Swing Cisneros ha pasado a convertirse en un recuerdo que es urgente eliminar, una presencia molesta que hay que evitar a toda costa, una palabra prohibida en la boca de muchos funcionarios, «el que no se debe nombrar», una suerte de enfermedad que les ha afectado repentinamente la memoria.
En una entrevista a RPP, Leslie Urteaga, actual viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, mencionó que ella recién había asumido el cargo y que no sabía nada de lo que en ese ministerio sucedía. Pero lo que no dijo en esa entrevista es que ella, antes de asumir el cargo de viceministra, fue Directora General de Patrimonio Cultural. Y que, además, en diciembre de 2019 durante un evento de Navidad realizado para los trabajadores en el salón «Los Incas» del Ministerio de Cultura, la hicieron subir al escenario donde Richard Swing la hizo bailar al ritmo de los aplausos de la alegre y festiva platea -conformada por decenas de trabajadores del mincul- inmortalizando este momento para los anales de la historia del Ministerio de Cultura.
Desde mi perspectiva, la designación de Alejandro Neyra como Ministro de Cultura es una movida para poner paños fríos ante el caso Richard Swing, ya que Neyra es un diplomático de carrera y acatará todo lo que se le ordene. Pero en la coyuntura actual, la labor de Neyra debe ser monitoreada de cerca por la prensa, ya que han comenzado ha producirse nuevas renuncias de personas claves en la investigación del caso Richard Swing.
Por otro lado, lo primero que debió hacer el ministro Alejandro Neyra apenas asumido el cargo, fue cortar las cabezas de «la gentita» que está enquistada en el Ministerio de Cultura desde hace años, parasitando sin producir nada de valor, y las de los funcionarios inoperantes que solo le hacen daño al sector. Le dejamos esta información al ministro Neyra. Veremos qué decisión tomará.