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El Caso Figari, el Sodalicio de Vida Cristiana y una Disposición de Archivo Fiscal

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1. Luis Figari, no es una sorpresa para nadie a estas alturas, se ha visto envuelto en la impunidad típica de los poderosos en este país, ya que, no bastándole con vivir en el extranjero, ha logrado que su defensa jurídica sea mucho más efectiva que la de sus víctimas y así, se le ha garantizado no padecer de posibilidad alguna de ser condenado por los hechos despreciables que le han dado fama.

2. El Ministerio Público ha archivado, ayer, las denuncias en contra de Figari por la “supuesta” comisión de delitos tan graves como violación sexual, secuestro, lesiones graves y asociación ilícita para delinquir por no haber hallado elementos de convicción que fundamenten la continuidad de las investigaciones según el parecer de la Fiscal, María del Pilar Peralta.  Al respecto, la mayoría responsabiliza al Ministerio Público, pero, posiblemente, hubo más negligencia en los abogados de los supuestos agraviados que en las actuaciones de la Fiscalía.

3. Parece difícil de aceptar, pero, en realidad, este tipo de problemas son de lo más usual en el medio jurídico porque el sistema de justicia actual sólo garantiza efectividad si se tiene la suerte de pagar abogados debidamente capacitados a fin de que afronten todos los estadios de los extenuantes procesos con suma solvencia a fin de obtener resultados distintos a meras lavadas de mano, que en la mayoría de los casos son “técnicamente” justificadas e irreprochables como, al parecer, ha sucedido en este caso.

4. En el Derecho, es fundamental resolver el problema de hallar los medios de prueba suficientes para que la jurisdicción defina las causas que ante ella presentemos y si los agentes jurisdiccionales no cumplen sus funciones con diligencia extrema se deberá accionar en contra suya, toda vez que con sus malas acciones perjudican los intereses y derechos de los ciudadanos a los que se deben por sobre todas las cosas. Por ello, si la Fiscal ha archivado indebidamente el caso, se deberá proceder contra ella en virtud de una queja, solicitando, al mismo tiempo, una tutela de derechos a fin de que los intereses de los agraviados no se vean perjudicados por esta decisión fiscal que, para colmo de males, tiene toda la apariencia de ser legítima y fundamentada. Corresponderá a los abogados de las victimas presentar los escritos pertinentes, porque si algo se ha visto encumbrado en esta ocasión es que “si no existe en el expediente, no existe en el mundo”.

5. Pocas instituciones son tan despreciables como las surgidas del seno de la Iglesia Católica durante el siglo XX -jerárquicas, despóticas, sectarias- puesto que han encubierto todo tipo de formas aberrantes y, sin duda, el Sodalicio de Vida Cristiana, es una de ellas. Pero peores son aquellos imbéciles que encomiendan sus hijos a estos curitas pervertidos. ¿Acaso no basta verles la cara para saber que son unos pobres diablos enfermos?

6. Nada justifica el abuso, pero ese exceso de confianza, así como el silencio de tantos, acusa un defecto muy grande en nuestra sociedad. Si alguien se atreviese a poner una bala en la cabeza de cada uno de estos repugnantes pederastas creo que algunos, al menos, lo pensarían más de una vez antes de ceder a sus infernales pasiones. Del mismo modo, pasa con los ladrones, extorsionadores y otros delincuentes que aprovechan la intimidación como un modo que les garantiza seguir perpetrando sus acciones criminales sin miedo de que haya represalias en contra suya. Eso debe terminarse aquí y ahora.

7.Reitero, el gran problema detrás de todos estos sucesos es el silencio. Fíjense, todos los “supuestos” violados han sido varones, todos han sido humillados y ninguno ha tomado en sus propias manos, como una obligación de sangre y fuego, el darle siquiera un leve “ajustón” a Figari. No digo que deberían matarlo, porque eso ya dependería de la capacidad de cada uno de ellos y, quizás, para su formación “católica” sería atraer para ellos más desgracias, pero es insufrible que la gente se deje humillar y no afronte a estos criminales a quienes muchas veces, como se ve a menudo, la “justicia” protege.

Reparen, también, en cuantos católicos avalan guerras -ahora y en el pasado- por considerar que tienen buenos fundamentos derivados de su “santidad” y, sin embargo, se escandalizan ante la idea de cobrar venganza con propia mano diciendo que la venganza dependerá de la mano de dios. A ellos, yo les digo no, aquí no hay venganza sino una legitima satisfacción justiciera y punto. No entenderlo es ser francamente un perdido, un ser sin rumbo en este mundo.

8. Puede considerarse el párrafo anterior como un exceso retorico. Si, en verdad, se quiere lograr un objetivo se debe ser inteligente y procurar todas las formas hasta hallar la adecuada para dar el golpe final. Han sido décadas de silencio y este sólo se ha quebrado en el caso de Pedro Salinas y su famosa investigación “Mitad monjes, mitad soldados”, lamentablemente, tamizada por ciertos efectos propios de la narrativa de ficción por lo que en nada contribuyó a denegar el parecer de la fiscal del caso en cuestión que archivó el caso Figari.

9. Pienso, por ejemplo, en la película Sleepers (Hijos de la Calle). Recuerden al padre Bobby protagonizado por Robert de Niro y googleeen. Me refiero, particularmente, al modo en que resolvieron ajusticiar a los pederastas en esa película y, pese a unas coincidencias felices para los fines que buscaban los protagonistas, ene se sentido, esclarece que nunca se debe dejar de insistir en la consecución de la justicia y para ello se deben emplear todas las formas posibles, no sólo las que ortodoxamente ofrece el sistema.

 

Imagen: Robert de Niro como el padre Bobby en Sleepers -Hijos de la Calle- de 1996.

10. Nada se compara al ejercicio del libre pensamiento y al pensamiento crítico. A los pocos creyentes católicos que aún quedan, los exhorto a abandonar ese fiasco.

 

Pd1

A la mayoría de comentaristas que han tratado este tema se les recomienda hablar primero con un abogado para que no expongan sólo su inconformidad, gratuita e infundadamente, para mal de sus muchos o pocos lectores, sino que brinden verdaderas alternativas de solución.

 

Pd 2

Compárese siempre a gente como el padre Bobby de la película Sleepers y a tipos como Luis Fernando Figari, a hombre nobles como el padre Antonio de la canción de Rubén Blades y a “individuos” como Cipriani. El hecho de que unos sean personajes ficticios y los otros “reales” no cede un milímetro al hecho de que sean los extremos más inconciliables de la historia.

 

Pd 3

Sleepers- Hijos de la Calle-

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