Es tornero de profesión, su vida estaba ligada a operar máquinas especializadas que dan forma a piezas mecánicas, labor heredada por su familia hasta que doña Aida López García, quien luego sería su suegra, empieza a despertar en él la pasión por el café con pequeños sorbos en cada sobremesa.
Carlos Vela recuerda que él desde niño estaba acostumbrado a tomar chapo, tapioca, upe, masato y luego empieza a reemplazar estas bebidas amazónicas por el hábito al café, y en ese proceso el aroma de este grano le recrea la memoria de su niñez cuando acompañaba a su padre al restaurante Don Giovanni que era uno de los más concurridos de la ciudad de Iquitos en la década de 1970 y observaba con inocencia y curiosidad todo el procedimiento de la máquina cafetera que había en el lugar.
Luego, en su juventud comienza a visitar en Lima las diferentes cafeterías y es alborozado por los gustos y la fragancia del café en sus diferentes presentaciones. La motivación de doña Aida López y de su esposa Pilar Celis, hace que tome una de las mejores decisiones en su vida, dejar los pistones por los molinos de café. Su esposa logra tener una concesión en el cafetín del Hospital Militar y ahí empieza la aventura con las primeros preparados en una cafetera casera. El destino le va aperturando el camino en el mundo de la cafeticultura, logra vender todas sus máquinas y equipos de tornería y empieza adquiriendo su primera máquina Nuova Simonelli, y así nace Pilis Café el año 2013.
Muchos de los amigos cercanos a Carlos Vela no le presagian buen desenlace en su nuevo emprendimiento, argumentando que el clima tropical iquiteño no va con el consumo del café y eso lo asume como una motivación y un reto personal. Decide estudiar para barista en el instituto Le Cordon Bleu y llega a certificarse exitosamente. En la actualidad, Pilis Café va a cumplir doce años, empezó vendiendo tres tazas por día, ahora vende más de cien tazas diarias en sus más de veinte presentaciones, siendo el “Kajué” (crema de aguaje con espresso) uno de los más solicitados por el turista receptivo y el público local o nacional prefiere el americano y capuccino.
Pilis Café situado en calle 2 de Mayo N° 657, se ha convertido en un templo del buen café en la ciudad de Iquitos, un lugar que no puedes dejar de visitar, cada grano sabe a goce, su sabor y aroma se convierten en diferentes notas filarmónicas con largas y amenas conversaciones con los propietarios que son muy atentos y afectuosos con cada preparación, desde el agua hasta la galleta que lo acompaña; toda una grata experiencia para conocer y recomendar.