Cao Guimaraes y Marcelo Gómez. Foto: Luis Felipe Alpaca.
El hombre de las multitudes es una película extremadamente artística, el sonido, la fotografía, y los colores, juegan el papel más relevante, con una narración tan visual que describe a dos personajes tan únicos en medio de la muchedumbre urbana. No por algo, sus directores Cao Guimarães artista plástico, y documentalista, y Marcelo Gómes, cineasta, pusieron sus manos en este efectivo proyecto, que también se encuentra en la competencia de ficción en el Festival de Cine de Lima.
Conversamos con ellos, aquí la entrevista:
¿Cómo así se juntaron dos realizadores para hacer esta película?
Es una historia muy larga que empezó hace seis años. Yo fui a hacer el montaje de mi primera película, en la ciudad de Cao que es Belo Horizonte, yo no conocía el trabajo de Cao, y una amiga, me lo presentó, y entonces conocí su trabajo, y me encantó la forma y la textura de su trabajo, la imagen, y sus personajes, y la mirada que tiene, y luego, le invité a ver el primer corte de mi película, y le encantó. Y entonces, me contó que estaba haciendo la trilogía de la soledad, la primera película es la del ermitaño que vive en la cueva, y la segunda sobre los caminantes de las calles, y él quiso que la tercera producción de la trilogía tenía que ser una ficción que hable de la soledad, y se desarrolle en la ciudad, y entonces me invitó a escribir el guion juntos, y así empezamos a discutir el cuento, y el tema de la soledad.
Hablas del cuento de Edgar Allan Poe ¿Pero quién eligió basarse en ese cuento?
Cao: Yo, porque estaba haciendo otras películas, y ese cuento tiene un personaje muy curioso.
El hombre de la multitud que observaba al mundo siempre.
Cao: Así es, él siempre estaba desesperado andando detrás de las personas.
Marcelo: En el cuento, el narrador habla del personaje como si fuera una cámara, y lo sigue, y esa fue la única cosa que sacamos del cuento.
¿Y cómo se les ocurrió este formato de proyección tipo cuadrado?
Cao: Eso fue para captar el sentimiento del personaje, y pensamos como traducir esa imagen, e hicimos un formato cuadrado por ser un formato que va a provocar al espectador, una cosa más claustrofóbica. Fue una idea que llevó un proceso, y se tuvo que convivir con la ausencia de la imagen, con lo que está afuera de la imagen, el que nos abrió un universo inmenso de la imagen, porque una cosa es trabajar con el cien por ciento de información de lo que estás filmando, y otra cosa, es trabajar solo con la mitad de esa información, con lo que está ausente; y lo que está afuera del cuadro es un universo muy grande de exploración de imagen, de narrativa, en suma, son unos campos temporales y espaciales.
Ustedes muestran ahí, más que diálogos, un relato visual. Casi todo se ve con imágenes que hablan solas.
Marcelo: Es claro que hemos trabajado más la textura de la imagen, con la plasticidad, pero en el filme ha sido un trabajo en conjunto con el director de arte, y el cinematógrafo, y todos ellos ponen un poco sus impresiones, experiencias e ideas. Al final, la visión de la película es una construcción enequipo, sin dejar de lado la idea de los personajes, que por un lado seguían de cerca a la multitud, y por elotro, que se acompañe con esa multitud, y luego de obtener todo eso, lo transformamos en dirección de arte, en colores, y en luz.
Imágenes tan cotidianas, como curiosas, como la cara de Juvenal encima de una pelota de tenis.
Quisimos destruir puentes afectivos, a partir de cosas tan chiquitas, como esto de comer dulce todo el tiempo, o el refrigerador vacío.
Detalles que le dan a la película ingredientes especiales como para que el espectador piense.
Marcelo: Como el trabajo de Juvenal de conducir trenes y llevar a la multitud de un lado para otro, pero sin relacionarse, porque anda todo el tiempo en la cabina solo, entonces pensamos que era una profesión perfecta para alguien que no consiga relacionarse con mucha gente, pero que siempre tenga la necesidad de estar cerca de ellos.
¿Cómo se logró la complicidad entre Margo y Juvenal?
Marcelo: Yo pienso que en el momento que Margo llega a la casa de Juvenal con la ropa de la boda, y observa la habitación, ella se dice así misma: aunque vivimos vidas muy distintas también somos complementarios, pues, ella vive siempre con el ordenador, y él con la nada, y el vacío.
Algo tan natural, es que cada uno por su lado, ejerce su sexualidad.
Marcelo: Eso es importante, porque no quisimos victimizar a los personajes. Ella aspira a un matrimonio, y un hogar, y él tiene como ilusión conducir el tren más rápido del mundo. Y otra cosa, es que, cada día, al manipular maquinas, y ordenadores, también perdemos la sensación táctil.
Cao: Y el resto de los sentidos, el olfato, el gusto, y tenemos el hábito de hablar con alguien, y al mismo tiempo mirarlo, y olerlo.
Marcelo: Por eso, ellos tienen la necesidad de tocar a alguien, ella a sí misma, y él acudiendo a un burdel.
Cao, tu trabajos más se exhiben en museos, que en festivales.
Cao: Es lo mismo, creo. Por algo trabajo tanto para cine, como para artes plásticas.
¿El hombre de las multitudes está dirigida para qué público?
Marcelo: Para todos, porque no necesitas comprender, solo necesitas un poco de paciencia, y tranquilidad para seguir el ritmo, y no es difícil saber qué pasa con ellos. La verdad, es una historia muy simple, aunque construida en un formato nuevo.
¿Pensaron en algún momento, en el riesgo de que el producto final no saliera como lo panearon?
Cao: Siempre hay temor. La película existe, o no existe.
Marcelo: Nosotros construimos un grupo de actores y otros profesionales que sintieron la verdad de la película muy bien, y comprendieron todo desde un principio; aunque el riesgo siempre estuvo ahí.
¿Y el tiempo tomado desde la escritura hasta el rodaje, y edición?
Marcelo: Algo de siete años, pero compartidos, y el final del rodaje fue algo de cuatro semanas, y la parte de edición, tres a cuatro semanas, aunque se requirió más presupuesto.
La banda sonora de la película termina con el tema de Gilberto Gil Copo Vazio.
Así es. El diseño sonoro es hecho por un grupo de dos chicos que hacen la música, pero también construyen la musicalidad de la película, incluso los ruidos en cada escena.
Cao: A veces estamos acostumbrados a ver las imágenes, y a olvidar el sonido, y la relación de las dos cosas, es la verdadera potencia del cine.
Los personajes aparentemente están en una soledad, pero en el fondo no están vacíos, y siempre tienen algo que contar.
Cao: John Cage, el famoso músico alguna vez investigó científicamente, si existía el silencio, y entró en una cámara no sonora, y en medio del aparente silencio escucho el latido de su corazón.
Ustedes como espectadores ¿Qué cine les gusta?
Marcelo: El cine que instiga y estimula la imaginación y la memoria del espectador, y las películas que me atrajeron más fueron las que en principio no comprendí del todo, pero que me dejaron con algo por dentro.
Cao: Lo mismo. Me gustan las películas que quedan conmigo después que salgo de la sala del cine; esas son las mejores.