Ayer leí un texto publicado en este medio. No sé si utilizar la palabra polémico para referirme a él, no es incendiario, no, tampoco es malicioso, ¿crítico tal vez? No. Estimo más bien, que se trata de un desatino, producto de la ingenuidad y la desorientación, un sin querer queriendo, un blooper.
Este viernes 25 de Abril se inaugura el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Importantes cosas suceden en Lima, este jueves inauguró la II Bienal de Fotografía de Lima en la casa O’Higgins, se viene la inauguración de la colección de Arte Contemporáneo del Museo de Arte de Lima (MALI) y el Perú Arte Contemporáneo (PARC) en el Museo de Arte Contemporáneo de Barranco (MAC), sin contar con las innumerables exposiciones temporales que inundan mensualmente la escena cultural de nuestra capital. Es un buen momento y para redactores de páginas como esta, es sencillamente el paraíso. No tenemos la necesidad de buscar la nota, ella viene a nosotros, forma parte de nuestro espacio cotidiano. Sin embargo, de vez en cuando, el entusiasmo y la comodidad nos juega una mala pasada y buscamos la moneda donde hay luz, alejados del lugar donde la perdimos, porque ¡Oye! buscar en la oscuridad es un tanto difícil y para qué darse la molestia…
Canto Coral ante la tumba de Javier Heraud es una obra de Enrique Polanco que fue donada a fines del mes de Agosto del año pasado al Museo de Arte de San Marcos, formando parte de esta colección hasta inicios de este mes en que la obra fue devuelta al artista ¿Por qué fue devuelta? Pues porque en este acto dadivoso mediaba una condición: ser expuesta en la muestra permanente del Museo de Arte Contemporáneo, al descartarse tal posibilidad la obra fue devuelta. Hubiese sido a todas luces censurable que el Museo se quedase con la obra sin cumplir con la condición planteada por el artista, eso no sucedió.
La pregunta que brota naturalmente y que forma el eje central del texto en cuestión es ¿Por qué se descartó la posibilidad de que la obra sea expuesta en la muestra permanente del Museo de Arte Contemporáneo? La respuesta que esgrime Luis Felipe Alpaca, autor de la nota, es «Élida Román [curadora de la muestra] vetó cuadro de Enrique Polanco» y en seguida sin sentenciar, sino sugiriendo tímidamente, desarrolla lo que para él es un caso de censura ideológica. Nada más descabellado, dentro de todas las posibilidades eligió una que ustedes mismos podrán desmentir cuando visiten la muestra. El mismo Enrique Polanco dice en la entrevista con la que finaliza el texto: «(…) yo interpreto que ella [Élida Román] ha vetado mi cuadro porque lo debe considerar de mala calidad (…)», no se le ocurre en ningún momento que se deba a un caso de censura ideológica porque tal razonamiento es simplemente absurdo.
La curadora Élida Román ha explicado las razones, somos libres de pensar lo que queramos, incluso podemos inventar historias, pero atendamos que las palabras utilizadas irresponsablemente pueden hacer colapsar un edificio de buenas voluntades. Quedan, de un lado y del otro, conversaciones por entablarse, disculpas por ofrecerse. Esperemos que todo vaya a buen puerto, busquemos la moneda donde se nos cayo aunque no haya luz, busquémosla.