Opinión

Cancillería pierde litigio pero mantiene a Néstor Popolizio en Praga [VIDEO]

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Por Rafael Romero

La semana pasada las redacciones de los medios de comunicación conocimos la noticia que salía del Poder Judicial y el hecho concreto era el siguiente: la Novena Sala Laboral Permanente de la Corte Superior de Justicia de Lima sentenció en segunda instancia la nulidad de la resolución administrativa firmada por Néstor Popolizio -excanciller de Martín Vizcarra- y la nulidad de la resolución viceministerial rubricada por Hugo de Zela, mediante las cuales se retiró de la carrera diplomática al embajador Fortunato Quesada, previa fabricación de un complot en su contra.

Con la sentencia de la judicatura ganó la justicia y la verdad contra la corrupción administrativa, tal como lo plantea el considerando “UNDÉCIMO” de la misma, al haberse vulnerado el debido proceso contra el diplomático Quesada.

A este affaire que lleva casi seis años se le conoce como el “caso del complot” o el “caso Fortunato Quesada”. Y en efecto, ahí están los expedientes administrativos de la Cancillería, igualmente las pruebas irrefutables del complot y ahora dos sentencias del Poder Judicial, con las cuales no solo se abre el camino de la reposición a un servidor público que defendió sus derechos laborales y su dignidad personal, sino que también se revela la existencia de una argolla dentro de Torre Tagle desde donde se tejen venganzas y represalias.

Los diarios dieron cuenta de la noticia, señalando, por ejemplo, EXPRESO, en su edición del pasado 20 de abril, que el “Poder Judicial resuelve que Cancillería retiró ilegalmente a Fortunato Quesada. Por justicia deberán reponerlo”. Luego su nota acotó: “Proceso confirmó uso de audios ilegales contra embajador, durante gestiones de Landa y Popolizio”.

Por su parte, La Razón, dos días antes, el 18 de abril, tituló su nota en los siguientes términos: “Poder Judicial repone al embajador Quesada luego de ganar la segunda instancia”, acotando a renglón seguido: “El Poder Judicial, en segunda instancia, dejó sin efecto la destitución del embajador Fortunato Quesada Seminario del servicio diplomático, allanando el camino para su inmediata reposición al servicio activo”.

No obstante, desde LIMA GRIS, planteamos un ángulo distinto respecto de la noticia de marras en el sentido que el actual canciller Javier González Olaechea debería de ponderar la importancia de la calidad del servicio público, que tanto propugna SERVIR; también debería valorar la ética pública, transparencia e idoneidad dentro del Ministerio de Relaciones Exteriores; y, de cara al prestigio y la buena imagen de la diplomacia peruana, debería evaluar la foja de servicios de Néstor Popolizio, quien viene cumpliendo hace más de dos años el cargo de embajador del Perú en República Checa, mucho más cuando el Poder Judicial anuló su resolución administrativa en medio de un complot revelado ante propios y extraños.

Por tanto, el ángulo que planteamos desde aquí tiene que ver -a resultas de las evidencias de una conspiración y de la participación de otros protagonistas responsables, como Pedro Rubín o el fallecido José Boza- con la remoción de funcionarios de la Cancillería que no están a la altura del servicio diplomático, debiendo el canciller responder a las preguntas: ¿Popolizio es digno de representar hoy a nuestro país como embajador del Perú en la República Checa? ¿Popolizio es idóneo de ocupar la sede diplomática peruana en Praga? Recordemos que, tras el complot y la difusión de pruebas ilegales o de los audios editados para un programa de televisión del domingo 17 de junio del 2018, todo ese “Armani” ya lo sabían Popolizio, De Zela, Boza y Rubín, como también sabían que se venía la destitución inducida e inmediata de Fortunato Quesada, y así procedieron a retirarlo del cargo en apenas 10 días, tal como se comprueba con el siguiente enlace de YouTube, de fecha 28 de junio del 2018:

En consecuencia, la pregunta lógica, tras el reciente fallo Judicial, no puede ser otra que la siguiente: ¿Así como sacaron a Fortunato Quesada tan rápido, la Cancillería no debería retirar al ex canciller vizcarrista, Néstor Popolizio, de la función diplomática con la misma premura, máxime cuando frente a este funcionario existen dos contundentes sentencias e instancias que declararon nula su resolución ministerial del 2018? La respuesta es obvia, por lo que resulta inaceptable que continúe dicho funcionario en el puesto y siga ocupando la sede diplomática peruana en Praga.

En otras palabras, debe convocársele a Lima a Néstor Popolizio, en virtud del respeto a los derechos humanos vulnerados del señor Quesada, en respeto a la decisión judicial y a la propia labor administrativa del Ministerio de Relaciones Exteriores; y en provecho de la transparencia, la ética en la función pública, la idoneidad y la integridad institucionales.

Si los hechos y documentos revelaron, a largo de cinco años, que hubo concretamente actos ilícitos, los que se usaron para armar una trama, una trampa, una conspiración y complot, con el agravante de que nació en el seno de la Cancillería, en Lima, y que se le teledirigió hasta Tel Aviv, entonces, ¿no debería haber sanción para los responsables de una cochina maniobra que ha generado daños y perjuicios no solo contra un diplomático de carrera como Quesada sino también contra la propia imagen y prestigio internacionales del Perú?

Esa sanción no es otra que el cese inmediato de Néstor Popolizio como embajador o representante del Perú ante República Checa, quedando incluso abierto el camino para otro tipo acciones legales complementarias. La pelota está en la cancha o en el tejado de Torre Tagle, y debe actuar categóricamente por respeto a la historia de la Cancillería y a las nuevas hornadas de diplomáticos que vendrán, servirán y defenderán los intereses de la patria y de nuestra amada nación. No obstante, en esta historia están por venir -seguramente- nuevos capítulos puesto que el Ministerio de Relaciones Exteriores tendría listo un recurso de casación pese a que lo obvio, justo y empático debería ser la reposición sin más de un funcionario que defendió su dignidad y sus derechos laborales.

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