Por Edwin A. Vegas Gallo
En la Cancillería peruana liderada por Ana Gervasi, el mundo funciona al revés. Mientras ella disfruta del verano otoñal europeo, acompañando a la presidenta Boluarte, en su insustancial periplo; en Tel Aviv, Israel, su colega embajador Manuel Cacho- Sousa, está a pié del cañón, tan sólo a 90 km de la Franja de Gaza, haciendo lo máximo de su función, para repatriar a 160 connacionales que están en la zona de guerra.
Así, mientras Gervasi sólo pudo conseguir para la presidenta Boluarte, una reunión con el Presidente Honorario de Alemania, indicándole a aquella, para su discurso con ocasión de la celebración del día de las Américas; con opípara cena, incluido buenos vinos muniqueses, (reunión en la que por cierto ni siquiera estuvo el ministro del ambiente alemán, que políticamente está a la altura del ministro de economía, no como acá en Perú, en que la ministra “del baño con la tacita”, anda en su ecologismo puro, no aportando al desarrollo sostenible del país en pobre desempeño ambiental, puesto 102 de 190 naciones); aborde en su discurso en verdadero maquillaje verde, el tema del “desarrollo sostenible”, “biodiversidad”, “cambio climático”, “Amazonía” y “minería sostenible” en la idea, de que eso es lo que le gustaría escuchar al presidente alemán, al más puro estilo del recordado “Pocho” Rospigliosi “¡eso es lo que le gusta a la gente escuchar!”.
Mientras tanto en Tel Aviv, el embajador Cacho- Sousa, con muchas horas sin dormir, al borde de las lágrimas, poniéndose a buen recaudo en los refugios, de los cohetes de Hamás; pasa por momentos difíciles por la escasez de alimentos y la inseguridad de una guerra que será larga; junto a sus tres funcionarios y casi a gritos pidiendo sean evacuados, tal como ya lo están haciendo otras legaciones diplomáticas.
Casi en tiempo simultáneo, en Roma, la Canciller Gervasi visita la Ciudad de El Vaticano, acompañando a la presidenta Boluarte, vistiendo de riguroso negro con mantilla, tal como lo exige el protocolo, preguntándome, si ella, le habrá comentado a aquella, sobre la última Exhortación Apostólica de Francisco Papa, Laudate Deum, sobre la crisis climática.
Sería muy bueno, que la Presidenta, su Canciller, sus ministros y los congresistas la lean, si de verdad les interesa el cambio climático.
Es tan mala la gestión de la Canciller Gervasi, que recientemente Perú, ha perdido la elección para ocupar una posición en el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, a la que accedieron Cuba, Brasil y República Dominicana.
Finalmente esperemos que el embajador Cacho-Sousa y sus funcionarios sean evacuados con premura regresando sanos y salvos a la patria peruana y que Cancillería sea conducida con diplomacia profesional recuperando su brío pasado. Tarea para la Academia Diplomática del Perú.
