Política

Canciller Schialer defiende viaje de Dina Boluarte a Japón e Indonesia

Gira presidencial a Asia: ¿diplomacia estratégica o desconexión política? Mientras persisten las tensiones internas, Elmer Schialer sostiene que el viaje fortalecerá las relaciones diplomáticas y comerciales del Perú con Asia.

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Mientras en el país continúan los cuestionamientos a la gestión presidencial, el Gobierno ha anunciado una nueva gira internacional. Esta vez, la presidenta Dina Boluarte visitará Japón e Indonesia entre el 5 y 12 de agosto, en lo que se ha calificado como un viaje destinado a “fortalecer las relaciones diplomáticas, políticas y comerciales” del Perú con Asia. Así lo informó el canciller Elmer Schialer, quien, en conferencia de prensa, defendió con vehemencia la iniciativa, como ya es costumbre entre varios miembros del gabinete cuando se trata de justificar los movimientos de la jefa de Estado.

Presidenta Dina Boluarte planea viajar a Asia desde el 5 de agosto.

La solicitud para autorizar el viaje ya ha sido enviada al Congreso, tal como lo establece la Constitución. Schialer, con tono enfático, expresó su disposición de asistir al Pleno para sustentar el pedido. Sin embargo, el respaldo técnico de la gira no ha logrado opacar las dudas que persisten sobre la pertinencia política de un desplazamiento internacional en medio de una crisis interna de legitimidad, marcada por el descontento ciudadano y los cuestionamientos por el manejo del gobierno.

En su paso por Japón, la mandataria sostendrá reuniones con empresarios, funcionarios y la comunidad nikkei, además de participar en la Exposición Universal Osaka-Kansai 2025, donde Perú contará con un pabellón nacional. Se prevé, además, una audiencia con el emperador Naruhito, evento que Schialer no dudó en calificar como “una deferencia muy particular”.

La agenda en Indonesia incluye la firma del Acuerdo Comercial y de Cooperación Económica Integral (CEPA), el cual —según el canciller— permitirá quintuplicar las exportaciones peruanas a esa región. “Indonesia es el mayor país musulmán del mundo, con 280 millones de habitantes. El acceso a su mercado representa una gran oportunidad”, subrayó.

Canciller Schialer fue seriamente cuestionado por dar salvoconducto a Nadine Heredia.

No se cuestiona que el fortalecimiento de los lazos comerciales y diplomáticos con Asia sea una prioridad estratégica. Sin embargo, lo que genera inquietud es la narrativa complaciente de los ministros, que suelen presentar cada acción presidencial como indiscutible, sin mostrar capacidad crítica ni autocrítica. El contexto político actual exige cautela, transparencia y sintonía con los problemas internos, no solo ceremonias protocolarias en el extranjero.

Las giras presidenciales, en efecto, son parte del trabajo diplomático habitual. Pero cuando estas ocurren mientras se acumulan conflictos sin resolver, promesas incumplidas y escándalos sin responsables claros, el simbolismo se vuelve más potente que los anuncios. ¿Es este el mejor momento para proyectar una imagen internacional, cuando la imagen interna sigue tan golpeada?

Schialer y otros ministros insisten en recalcar los beneficios económicos de estos viajes, pero omiten referirse al creciente escepticismo ciudadano sobre su impacto real y a los cuestionamientos sobre el uso de recursos públicos en medio de un país aún marcado por la desigualdad y la desconfianza en las instituciones.

Por ahora, el Congreso tiene la última palabra sobre la autorización. Pero más allá del trámite legal, esta nueva gira internacional evidencia una constante en este gobierno: la necesidad de blindar políticamente a la presidenta, incluso a costa del juicio crítico y la rendición de cuentas.

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