De manera categórica y contundente la ministra de Relaciones Exteriores, Ana Gervasi, rechazó ayer la reciente e “inaceptable” injerencia del presidente colombiano Gustavo Petro, quien volvió a defender a Pedro Castillo durante la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Petro, declarado por el Legislativo peruano como persona non grata, propuso “rehacer” la Carta Democrática Interamericana y deslizó irregularidades en la reclusión del ex presidente que orquestó un autogolpe en diciembre del 2022.
“¿Se pueden echar presidentes electos porque sí, porque no tienen la mayoría en el Congreso, cuando son electos por el pueblo? ¿Dice la Carta Democrática que solo una sentencia judicial de juez penal quita derechos políticos?”, cuestionó el jefe de Estado de Colombia.
Para la canciller Gervasi, estas expresiones implican una injerencia en “asuntos del Perú, en la OEA y en violación a su carta constitutiva”.
“La falta a la verdad y el irrespeto a las normas internacionales denotan un falso liderazgo en favor de un golpista y acusado de corrupción”, señaló la titular del despacho.
De hecho, durante la cita que se viene desarrollando en Washington, la declaración motivó que el representante de Perú ante la OEA, Gustavo Adrianzén, abandonara la sala.
Minutos antes, Petro había reiterado que está “luchando” para que Venezuela reingrese al sistema interamericano de derechos que abandonó en 2013. Y también instó a conversar con Cuba sobre su posible regreso a la OEA, de donde fue expulsada en 1962.
Las intromisiones de Gustavo Petro en la política peruana
El mandatario colombiano, al igual que su homólogo mexicano Andrés López Obrador (AMLO), desconoce la administración de Dina Boluarte. En diciembre pasado, el Ministerio de Relaciones Exteriores expresó una inconformidad por esa postura, que se agudizó durante la toma de la Universidad San Marcos.
Entonces, Petro comparó a la Policía Nacional (PNP) con las de “unas tropas nazis”, unas expresiones que resquebrajaron la diplomacia y empujaron a que el Congreso lo declare como persona non grata.
Posteriormente, durante la Cumbre Iberoamericana realizada en marzo, el jefe de Estado interpeló a Gervasi. “Hoy [Castillo] debería estar aquí, pero lo sacaron. Está preso”, dijo.
La canciller replicó que Castillo no estaba porque dio un golpe de Estado. “Si estuviera, tendrían a un dictador”, siguió. El episodio decantó, finalmente, en el retiro definitivo del embajador de Perú en Colombia.